Vuelve a México el pianista y director de orquesta israelí David Greilsammer para participar con la OSN

Cultura

El director de orquesta y pianista de origen israelí David Greilsammer, calificado por la revista Resmusica como “uno de los músicos más exitosos y aventureros de su generación”, estará en México para participar nuevamente como director huésped y solista invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), en esta ocasión, dentro de su programa 2 de la temporada 2019.
David Greilsammer ha sido elogiado por la crítica especializada y el público como creador de numerosos proyectos musicales innovadores, con obras que van desde el barroco temprano hasta la música contemporánea. Célebre fue su interpretación de todas las sonatas para piano de Mozart en un maratón de un día realizado en París y, de forma reciente, la dirección, desde su instrumento, de los veintisiete conciertos para piano de Mozart en una sola temporada.
Una muestra de su talento se verá los días viernes 15 de febrero a las 20:00 y el domingo 17 a las 12:15 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes durante el programa 2 de la OSN, que estará integrado por la Suite orquestal de Platée, de Jean-Philippe Rameau; Concierto para piano en sol mayor, de Maurice Ravel, y Sinfonía núm. 38 en re mayor, de Wolfgang Amadeus Mozart.
En su séptima visita a México y desde el piano, David Greilsammer dirigirá a la OSN, como es su costumbre. El artista es originario de Jerusalén, Israel (1977), donde inició sus estudios de piano en el Conservatorio Rubin. Más tarde viajó a América y se formó en la Escuela Juilliard de Nueva York. Hizo su debut en el Lincoln Center en 2004. Cuatro años más tarde fue reconocido como el Joven Músico del Año en los Premios Musicales de Francia.
Es director artístico de la Orquesta de Cámara de Ginebra, donde su mandato se ha caracterizado por una programación fresca y novedosa, y por un enfoque multidisciplinario y colaborativo del quehacer musical. Ha colaborado con las orquestas Sinfónica de San Francisco, del Mozarteum de Salzburgo, Sinfónica Metropolitana de Tokio, Filarmónica de Turín y de Cámara de Israel. Asimismo, cumple compromisos con los Solistas de Tel Aviv y las orquestas Sinfónica Estatal de Salónica y de Mulhouse.
Acerca de su trayectoria, la crítica especializada se ha referido a él como “un joven conductor que inyecta tal precisión rítmica, que revela colores de extraordinaria vivacidad” (Revista ResMusica), “uno de los músicos más exitosos y aventureros de su generación” (The New York Times) y “Frescura, elegancia, chispa, inteligencia, simplicidad, evidencia” (Le Monde).
David Greilsammer no niega su afición por Mozart. “Evidentemente —dice— es mi compositor favorito, porque su música me despierta sentimientos muy especiales. Hay otros compositores y repertorios que se tienen que hacer, que son obligatorios, pero Mozart forma parte especial en mi carrera, lo visito con mucha regularidad, sobre todo hoy que me parece que las obras de Mozart son cada vez menos frecuentes en los repertorios de las orquestas del mundo”.
Y agrega: “No es gratuita esa preferencia. La música de Mozart es necesaria hoy más que nunca porque comunica algo así como llegar a un lugar soñado, pero tomado de la mano de él. Su música y sus temáticas crean sentimientos de amistad y ambientes de esperanza, de cosas positivas”.
El pianista sostiene que lo anterior es muy importante porque, “aunque suene como cuento de hadas, la música tiene una función muy especial, y ese cometido, es la unión de las personas; por medio de las artes en general se pueden aminorar los eternos conflictos de la humanidad, porque la música da otro sentido a la vida y si hubiera más apoyos a las artes, estoy convencido, habría menos flagelos como la violencia y la corrupción”.
Acorde con su juventud, el pianista y director de orquesta nacido en Jerusalén habló de sus preferencias musicales fuera de lo clásico. “Pienso que la música clásica no lo es todo. Hay otros géneros muy importantes. Yo escucho un poco de todo, me gusta el rock, el jazz, el folk, la música balcánica y la canción francesa”.
En su anterior visita a México comentó: “La Ciudad de México es una de mis ciudades favoritas porque tiene ese sentido de comunidad que no se siente en otros países, por ejemplo, la gente reunida en sus plazas y sus calles, muchas personas en un ir y venir que me parece, por decirlo, un poco salvaje en el sentido de que está llena de cosas para hacer y ver, es un movimiento constante”.