Usuarios del Metro, invitados a la exposición El Palacio de Bellas Artes. 85 años de arte y cultura

Cultura

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), inaugurará la exposición fotográfica El Palacio de Bellas Artes. 85 años de arte y cultura, integrada por imágenes históricas de gran formato que dan cuenta de la memoria arquitectónica y constructiva de este monumento artístico, desde 1904 hasta 1934.
La muestra, en el marco del 85 aniversario del recinto de mármol, incluye dos estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Bellas Artes, donde se llevará a cabo la inauguración, y Auditorio; ambas con un mismo guion, pero con imágenes distintas, de tal forma que el usuario podrá apreciar en estas vitrinas culturales la historia iconográfica del Palacio de Bellas Artes (PBA).
La exposición, que ha sido posible gracias a las facilidades otorgadas por la directora del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Dra. Florencia Serranía, y a la titular de Cultura del Metro, Vanessa Bojórquez, está planificada como una forma innovadora y distinta de mostrar estas miradas históricas para que, a pesar de la prisa del transeúnte, éste se detenga y encuentre en estas fotos el trabajo y los detalles de este gran monumento artístico que es ícono de la cultura de México.
PBA, historia en imágenes
Desde hace 85 años, el PBA ha sido sede de actividades artísticas y culturales, así como de tipo político de gran significación, sucesos inesperados y hasta espacio para homenajes luctuosos de escritores y artistas, lo cual es evidencia de la enorme vitalidad de la cultura mexicana, que ha ocupado los espacios del máximo recinto dedicado a las bellas artes en México. Además de referente urbano, ha dado cobijo a diversas orquestas, artistas, óperas, espectáculos populares, exposiciones y ballets, entre otros.
En el recorrido por las vitrinas culturales de las estaciones del Metro Bellas Artes y Auditorio, los usuarios podrán apreciar el proceso constructivo del PBA desde 1904 hasta 1934 y, a la par, los cambios registrados en el país. Los antecedentes del Teatro Nacional, promovido por el entonces presidente Porfirio Díaz para celebrar en 1910 el centenario de la Independencia de México. Los preparativos en 1902 y las obras iniciadas en 1904, por parte del arquitecto italiano Adamo Boari, encargado de proyectarlo, mientras el ingeniero mexicano Gonzalo Garita hacía los cálculos estructurales.
Proyecto de gran escala
Si ese edificio se hubiese construido tal y como se proyectó, el resultado sería fastuoso, pues sus cuatro fachadas serían de mármol blanco, con dos vestíbulos, uno para las taquillas y el otro, de triple altura, para un invernadero rematado con un conjunto de tres cúpulas traslúcidas. Ese último se uniría, por un lado, a un salón de recepciones, mientras que por el otro daría acceso a la sala de espectáculos, con una capacidad para mil 808 butacas.
La sala contaría con tres arcos, entre los cuales también penetraría la luz. La mecánica teatral permitiría introducir, por la parte posterior, hasta un auto de la época y, desde luego, cualquier escenografía. Además, el edificio contaría con un sinnúmero de obras de arte asociadas, todas de una fina evocación art nouveau.
Durante 19 años, entre 1913 y 1932, el edificio experimentó varios intentos para concluirlo. El país, luego de la Revolución había cambiado. Entre 1930 y 1934 sus habitantes sumaban ya 18 millones y la Ciudad de México llegaba al millón y medio. El rasgo más destacado de su composición social era el claro crecimiento de las clases medias, justo las consumidoras de cultura y arte.
Otra pareja de técnicos mexicanos, el ingeniero Alberto J. Pani y el arquitecto Federico Mariscal concluyeron la construcción del edificio. El primero era el secretario de Hacienda quien, sensible a esos nuevos tiempos, percibió una serie de apetencias conquistadas durante la reciente Revolución por las clases en ascenso. Por tanto, modificó el proyecto para entregar el inmueble a esos sectores.
Por su parte, Mariscal recopiló las nuevas solicitudes y sugerencias, y encontró la solución para que funcionara el Museo de Artes Plásticas; propuso la ubicación del Museo de Artesanías en la parte posterior del edificio; ajustó las visuales de la sala de espectáculos a su nueva capacidad (1,988 butacas); amplió pasillos; dotó de baños a las nuevas áreas y demolió secciones de losas para que los elevadores subieran hasta el último nivel.
Además, incluyó la nueva sala de conferencias (Manuel M. Ponce), entre otros espacios. Finalmente, hizo algunos acabados del exterior y terminó todo el interior con mármoles nacionales. Puesto que la moda había cambiado y se impuso un diseño simplificado, eligió el llamado art decó como solución para la decoración.
Acorde con las nuevas áreas agregadas, el edificio denominado desde entonces Palacio de Bellas Artes fue inaugurado el 29 de septiembre de 1934 por el presidente Abelardo L. Rodríguez. Estos aspectos, relatados con imágenes, pueden apreciarse en esta magnífica exposición abierta a usuarios de Metro a partir de las 12:00 horas de este viernes 27 de septiembre y hasta el martes 31 de diciembre de 2019.