Unos 285 mil adultos mayores capitalinos fueron vacunados en la Unidad Iztapalapa

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Con la aplicación de entre seis mil y siete mil dosis por día en 53 células dispuestas para ese objetivo, la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se integró a la fase VI de la Campaña Nacional de Vacunación como centro de inmunización.

Alrededor de 285 mil adultos mayores de 60 años de los barrios aledaños a la sede de la Institución acudieron –del 2 al 6 de abril pasado– a recibir el biológico Sputnik V, en jornadas en las que fueron recibidos entre aplausos, música y el ánimo de la pantera negra Uamito, mascota de esta casa de estudios.

Cada día hubo gente formada desde las cinco de la mañana y a las ocho horas se abrían las puertas de la caseta tres –ubicada en la calle Purísima de la colonia Vicentina– para el ingreso de quienes eran conducidos por el personal de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México a las diferentes áreas de atención.

Como ha ocurrido en los campus Azcapotzalco y Xochimilco, así como en el centro deportivo y cultural Las Américas, en Ecatepec de Morelos, y en el estadio de futbol Nemesio Díez Riega de Toluca, en la Unidad Iztapalapa alumnos monitores de la salud y brigadistas de las licenciaturas en Medicina; Enfermería; Nutrición; Estomatología; Medicina Veterinaria y Zootecnia; Biología Molecular; Química Farmacéutica Biológica; Psicología, e Ingeniería Biomédica, entre otras, participaron en esta campaña en el registro, la observación clínica, la vacunación y la vigilancia de quienes presentaran alguna sintomatología posterior a la inoculación.

Los universitarios también apoyaron las actividades en otros sitios dispuestos por las autoridades del ramo para velar por la población iztapalapense, incluidos el Palacio de los Deportes y Servicios de Transportes Eléctricos, informó el doctor Pablo Francisco Oliva Sánchez, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco y coordinador del programa de monitores de la UAM.

El primero de abril tuvo lugar en la sede académica un simulacro del proceso, a partir de la coordinación que hemos tenido con la jurisdicción sanitaria de la Alcaldía Iztapalapa, en el que básicamente el papel que han desempeñado los jóvenes es de observadores clínicos, orientadores y vigilantes de los posibles efectos asociados.

La fase VI de inoculación tuvo un desarrollo excelente en la Unidad, pues además de una adecuada adaptación de las instalaciones, en el quinto día “hemos tenido una jornada limpia, en el sentido de que no hubo incidente alguno vinculado con el proceso”.

Esta colaboración interinstitucional debiera continuar, ya que el grupo de médicos participante tiene el propósito de efectuar una retroalimentación de todo lo que ha pasado en el campus, donde se contó con 89 alumnos –69 en esta sede, ocho en Transportes Eléctricos y 12 en el Palacio de los Deportes– “y queremos seguir contribuyendo, motivando a nuestros brigadistas y con contingentes tan amplios”.

Si tuviera que calificarse la intervención de los brigadistas de la UAM sería de diez, porque todas las jurisdicciones así lo han catalogado y eso habla del gran lazo con el sector salud y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI), instancia rectora de la asistencia de esta Universidad y de otras: Instituto Politécnico Nacional y las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma de la Ciudad de México.

La doctora Ofelia Angulo Guerrero, subsecretaria de la SECTEI, agradeció la actuación de los estudiantes de la UAM y valoró su capacidad de trabajo en conjunto con miembros de otras escuelas públicas y privadas que ayudan en funciones de observación, aplicación y recuperación.

También destacó la labor de los médicos que coordinan a los voluntarios y brigadistas en las distintas áreas, así como que el vínculo entre la universidad y la Subsecretaría se fortalezca, ya que se espera contar con la misma cooperación en la aplicación en la segunda dosis, lo que ocurrirá en semanas próximas.

Melisa Ibarra Meléndez, pasante de servicio social de la Licenciatura en Medicina de la Unidad Xochimilco, comentó que esta experiencia “ha sido increíble, sobre todo porque me da la oportunidad de atender a personas de la tercera edad, quienes muestran mayor comorbilidad y son por ello las más vulnerables ante el COVID-19. Me encanta ayudarlos, resolver sus dudas y cualquier malestar que llegaran a presentar, porque a veces vienen descompensados”.

José Alejandro Rodríguez García, matriculado en el doceavo trimestre de la misma opción educativa, puntualizó que este ejercicio ha sido gratificante porque muestra el compromiso social que la Universidad tiene con la sociedad y “para mí es un honor ver la satisfacción de la gente” al retirarse ya inmunizada.

Además “nos llena de orgullo poner en práctica los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de la Licenciatura, sobre todo en cuanto a observación clínica, porque aprendemos de las técnicas implementadas en posibles sucesos –hasta el momento todos leves– para darnos cuenta que estamos preparados ante cualquier situación”.

En un comunicado, la Unidad Iztapalapa reafirmó que en apoyo a la estrategia nacional de vacunación, la UAM abrió sus puertas a la comunidad que la ha acompañado desde su fundación, en una acción de solidaridad y justicia para brindar esperanza que contribuya a cerrar heridas y en reciprocidad por todo lo que ha recibido de la sociedad.

El biológico Sputnik-V, basado en un vector de dos adenovirus humanos (26 y 5), requiere de dos dosis –con intervalo mínimo entre ambas de 21 días– para generar inmunidad. De esta manera, más de un año después de que el orbe y sus habitantes han enfrentado uno de los mayores desafíos, se comienza a entrever una senda alentadora para recomponer el porvenir, con imaginación y ánimo.

El Programa de Monitores en Salud se desarrolló en la Rectoría General y los cinco campus de la Casa abierta al tiempo con el propósito de promover medidas desde la Universidad dirigidas a la protección de la comunidad. El objetivo es que sean parte de la estrategia impulsada por la UAM para cumplir con la responsabilidad social que tiene hacia las colectividades.