Aarón Govea, escritor, director y actor de la obra Mundo lunaticus, afirma que su puesta en escena es un teatro físico, cuya particularidad radica en aprovechar las diferentes disciplinas artísticas escénicas como la música, la danza y las artes circenses para aproximarlas al lenguaje teatral. Este montaje, que ofrece funciones los lunes y martes a las 20:00 en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque, concluirá temporada el 7 de mayo.
En entrevista, Govea comentó que la expresión verbal es el último recurso para compartir una historia, es decir, no lo hace de una forma literal o narrativa. En Mundo lunaticus crea un lenguaje abstracto, pero comprensible a través de acciones y movimiento escénico.
La puesta en escena “habla de la migración, pero lo que hace es evitar sobre todo los estigmas, paradigmas, estereotipos y contextos políticos que tiene la palabra para ser abordada desde una perspectiva más humana”, afirmó.
“Todos somos migrantes en algún punto de nuestras vidas, al cambiar de una casa a otra, de un país a otro y cada uno tiene diferentes razones para ser migrante. Hoy en día decimos migrante e inmediatamente pensamos en condiciones políticas y económicas, pero se nos olvidan las condiciones humanas. También existe la curiosidad, la necesidad de descubrir, de reconocer a otra persona y eso busca Mundo lunaticus”.
El director indicó que es una obra familiar donde cada asistente podrá tener su propia interpretación. “Estoy seguro que será muy diferente la mirada de un joven en relación con la de un adulto, esa es la singularidad de la representación”.
La obra tiene diversos niveles de interpretación y lo interesante es que después de ser vista, las personas pueden intercambiar sus impresiones. El punto central al momento de la presentación es que exista un goce estético, una apreciación del arte escénico, concluyó.
Mundo Lunaticus cuenta con intervenciones escénicas y musicales de Maud Giboudeau y el diseño de iluminación escénica corre a cargo de Jorge Kuri Neumann.