UAM Radio premió a ganadores de En tu voz…cuentos, historias y narraciones

Cultura

Instrucciones para atrapar un cuento, de Nidia Ibarra; Los niños más felices del mundo, de Andrés Calderón, y Hulk a la mexicana, de Julio César Osnaya fueron los tres mejores cuentos del Concurso En tu voz…cuentos, historias y narraciones, convocado por la radiodifusora de la Universidad Autónoma Metropolitana, UAM Radio 94.1 FM, como parte de las celebraciones por su noveno aniversario.

El certamen –dirigido a los radioescuchas interesados en las letras y quienes leen sus textos para que se transmitan por la radiodifusora a todo el Valle de México– reúne un acervo reciente de 14 obras, las cuales fueron revisadas por los editores de la revista Casa del Tiempo para seleccionar los mejores tres cuentos, que serán publicados en el número 62 del suplemento electrónico Tiempo en la Casa de esa publicación y en el 29 del Semanario de la UAM.

Durante la premiación realizada en el Museo de la Radio, en la estación Parque de los Venados de la línea 12 del metro, Jesús Francisco Conde de Arriaga, editor de la revista Casa del Tiempo, señaló que la decisión no fue sencilla, pues todas las obras fueron divertidas y tenían calidad literaria, por lo que el primer filtro pasó por la ortografía, la sintaxis y la gramática, pero después hubo que elegir las más trabajadas y creativas.

El primer lugar fue para Ibarra, por Instrucciones para atrapar un cuento, el cual gracias a sus tintes cortazarianos del cronopio mayor logra llevar la literatura a la abstracción.

“Atrapar un cuento es una tarea solitaria y a veces peligrosa: cuando ingrese al campo de estos bichos extraños e inciertos es importante que vea lo que vea no se deje fascinar por la variedad, sino elija uno estrictamente, de lo contrario no podrá capturar nada, incluso no garantizamos que pueda volver, aunque ya habrá ocasión para que regrese y tome ese pendiente.

“Explore el lugar, tenga los ojos abiertos; puede aparecer en cualquier sitio, si no lo ve a simple vista busque con calma, empiece por donde guste, quizá entre las arrugas de su tía, en el ombligo de un perro, en la cabeza de una pulga, en la uña de una hormiga, en los sueños de un zapato, en las cosquillas de una chaqueta, dentro de la caja de cereales: busque no se desespere”.

El segundo lugar fue para Los niños más felices del mundo, de Calderón, que narra con brutal destreza la crudeza a la que se enfrentan todos los días los niños que viven en la calle.

“Caminando una vez con la mamá de mis hijas vimos a unos niños que salían de una coladera en el parque de la Bombilla en San Ángel, ella preguntó ¿Sabes por qué esos niños son los más felices del mundo?, no entendería porque lo son dije yo, “porque ya no sienten hambre, pueden ser lo que quieran ser, pueden viajar a otros lugares, porque aunque se ven ahí sus mentes están en otra parte, volando”. Sirva de homenaje póstumo para esta grandiosa mujer, que murió hace poco.

“Aquí sobre el puente vemos pasar los autos debajo de nosotros, los vemos de frente venir veloces y en mucho menos de un segundo ya están a nuestras espaldas ¡cómo nos divertimos! primero elegimos al azar un punto de color en el horizonte de la carretera y cuando lo tenemos ya no lo soltamos, lo atrapamos con la vista, lo hacemos nuestro. A mí me encanta cómo va creciendo de a poco e irremediablemente el punto toma distintas formas”.

El tercer lugar fue para Osnaya por su cuento Hulk a la mexicana, en el que hace referencia a todas aquellas personas que han estado en una fiesta infantil sin el deseo de estar ahí.

“Asistí a una fiesta de niños con el ánimo de un condenado a muerte. La noche anterior libré a muerte un combate con un cartón de cervezas, que claro me venció. Aquel convite infantil era la moneda de cambio de un favor que debía a un viejo amigo, su hijo Ausencio lucía un disfraz de Hulk a la mexicana”.

El autor dijo que desde los 18 años no ha soltado el ejercicio de escribir, pero desde hace cuatro o cinco años la inseguridad dejó de ocupar un espacio importante en su vida, animándose así a publicar sus textos; “me encanta el rock, investigo, leo y escribo para Indie Rocks sobre la historia y datos interesantes de las bandas, aunque por otra parte he desarrollado un gusto por el erotismo y su estilo narrativo”.

Previo a la premiación, la artista independiente Guimel Romero ofreció un concierto a las afueras de la cabina del Museo de la Radio, en la que interpretó algunas de sus canciones, incluidas Saldrá el sol, Tonta y Chupadas de Bombón.

Guimel se describe como una joven que aprendió a transformar el odio en alegría, “soy una caricatura de mí misma, soy todavía una niña que ama las bobadas, no me da pena hacer el ridículo” dijo la cantante, quien aseguró que luego de ganar un concurso de canto en la secundaria, decidió que se dedicaría a la música, situación que la llevó a estudiar jazz en la Escuela Superior de Música.

De esta manera UAM Radio redobla su esfuerzo por acercarse a su audiencia, al no sólo transmitir fuera de casa, sino también animando al público a generar contenidos.