Tiempo de labor, juego y ocio, ofrece una mirada a la vida cotidiana de los siglos XVII al XX

Cultura

La muestra Tiempo de labor, juego y ocio (conformada por 90 piezas) ofrece una mirada artística e histórica –no exenta de idealizaciones– a la vida cotidiana de la sociedad europea entre los siglos XVII y XX, a partir del binomio trabajo-tiempo libre. A través de pinturas, dibujos y grabados se busca reconstruir el pasado y convertir el arte en un documento histórico, la cual se podrá visitar a partir del 9 de mayo en el Museo Nacional de San Carlos.
Integrada por 90 obras de grandes artistas europeos: Jan Brueghel de Velours, Pierre Ribera, Joaquín Sorolla, Eduardo Chicharro, Jean Béraud, Thomas Lawrence y Charles Michel, entre otros, la exhibición se inaugurará en la Sala de Exposiciones Temporales del recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a las 19:30 horas.
Imágenes de mineros, floristas, campesinos y vendedores, nos ayudan a conocer cómo realizaban sus labores los hombres y mujeres del pasado. Así, en esta muestra conviven escenas en el campo, como De vuelta al trabajo, de Manuel Benedito y Vives, o La siega, de José Blanco Coris; con La florista, de Willes Maddox, y con personajes que se ganaban la vida gracias a su fuerza física, representados por Mineros, de Antoine Carte.
Pero no todo era trabajo en esa época: el juego representó un aspecto fundamental en la vida social europea, en la que sus habitantes otorgaban esencial importancia a los momentos lúdicos y recreativos, a las reuniones y a las fiestas.
Quienes vivieron entre los siglos XVII y XVIII también acostumbraban acudir a espectáculos de toda índole: desde procesiones religiosas hasta triunfos militares, pasando por coronaciones, bodas o bautizos. En estos actos no faltaban los juegos populares —Los jugadores, de Joos van Craesbeeck—, aristocráticos, de contemplación o participación, como los bolos y la caza —Cacería en el bosque, de Narcisse-Virgilio Díaz de la Peña— y las carreras.
Los juegos de mesa gozaron de gran popularidad desde la antigüedad, sobre todo los relacionados con la estrategia, en los que la habilidad mental y la memoria eran las principales herramientas del jugador. Es el caso de las cartas o el ajedrez, uno de los más antiguos que existen y considerado como una actividad mental, una ciencia y un arte, representado en la obra Jugando ajedrez de Ferdinand Roybet.
Piezas de grandes maestros nos hablan de la importancia del descanso y del deleite que producen actividades como la música (Mozart en Viena de Jean Baptiste Alfred Cornilliet), acudir a una fiesta (Garden party de Eduardo Chicharro) o bailar (Milagros, la bailaora, de José Villegas y Cordero).
Algunas obras nos recuerdan el papel de la mujer dentro de las sociedades aristocráticas: podían recibir una educación formal, lecciones de música, convivir con amistades de su abolengo y organizar tertulias, siempre y cuando no olvidaran su función primordial: convertirse en esposas abnegadas y amorosas madres.
También se exhiben juegos de mesa, un grabado del juego de la oca realizado por José Guadalupe Posada y marionetas de la Colección Carlos Monsiváis.
Esta exposición propone una interpretación del acervo del Museo Nacional de San Carlos, en diálogo con piezas de otras colecciones privadas e institucionales, como los museos Nacional de Arte y del Estanquillo y de las galerías Windsor, Cristóbal y Pérez Simón.
Tiempo de labor, juego y ocio se inaugura el jueves 9 de mayo y permanecerá abierta hasta el 22 de septiembre en el Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado núm. 50, colonia Tabacalera. Alcaldía de Cuauhtémoc, Ciudad de México.