Tenemos la mejor herramienta para ponerle un alto a la violencia hacia las niñas y las mujeres. Nos tenemos nosotras: Mónica Soto Fregoso

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El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que preside el magistrado José Luis Vargas Valdez siempre comprometido con la construcción de una democracia sustentada en los derechos humanos y la dignidad de las personas, lleva a cabo estas Charlas Sororarias que coordina la magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso.

La magistrada Mónica Soto Fregoso de la Sala Superior del TEPJF impulsa la continuidad de las Charlas Sororarias, reconociendo la larga lucha de las mujeres para acceder al espacio político y público en todo el mundo y en México, para participar en condiciones de igualdad con los hombres, así como el alto precio que las mujeres han tenido que pagar para lograrlo.

En su mensaje de bienvenida la magistrada Soto afirmó que el avance en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres ha sido amplio y en los últimos diez años ha habido un impulso contundente de las mujeres organizadas para lograr la realidad que hoy tenemos en nuestro sistema jurídico y en algunas políticas públicas, lo cual es un ejemplo que se reconoce en otros países por la capacidad de las mexicanas de generar redes de mujeres para avanzar en solidaridad, independientemente de las diferencias.

En esta charla la magistrada Soto comentó que una condición de las mujeres para visibilizar su lucha es el reconocimiento mutuo como un piso firme para lograr una sororidad que abone a la igualdad sustantiva. Con base en lo anterior, reconoció a la magistrada Janine M. Otálora Malassis, de la Sala Superior del TEPJF, quien fue la panelista invitada a la Charla, como una jueza comprometida con criterios de avanzada para fortalecer el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.

La magistrada Otálora agradeció la organización de este espacio para el diálogo entre magistradas y fue enfática en señalar que la sororidad es una alianza entre mujeres, misma que se tiene que ir construyendo. Planteó que ser sororarias conlleva una serie de compromisos a favor del ejercicio del derecho pleno a la igualdad, la no violencia y la no discriminación. Lo anterior, señaló, nos lleva a la posibilidad de vivir en dignidad y en libertad; sin dignidad no podemos hablar de mujeres libres, comentó.

La participación nutrida de las magistradas se encaminó a describir sus experiencias como magistradas y los diferentes obstáculos que han tenido que afrontar en el ejercicio de su cargo y que ahora toca trabajar desde las mujeres para las mujeres y, que ello implica, trabajo en equipo entre ellas.

La magistrada Soto Fregoso finalizó la actividad señalando que tenemos la mejor herramienta para ponerle un alto a la violencia hacia las niñas y las mujeres. Nos tenemos nosotras.