Tal Cual: Los indocumentados de la CDMX

Deporte

Luis Carlos Rodríguez González

Indocumentados, ilegales, “espaldas mojadas”, braceros, alien, irregulares, frijoleros, pollos, delincuentes, irregulares, sudacas o maras son sólo algunos de los términos que se usan y se han utilizado durante años para definir, denostar, ofender y menospreciar a los migrantes tanto mexicanos que viajan a Estados Unidos como centroamericanos en México o sudamericanos en Europa.

Es un debate de más de una década en Estados Unidos y en Europa por ir eliminando del lenguaje, de las leyes, de los medios de comunicación este tipo de adjetivos o términos racista, clasistas, xenófobos para referirse a las personas que dejan su país por diversas razones para emigrar a otra nación.

Sin embargo, parece que en la Ciudad de México, aún con sus aires y promoción de que es una “Ciudad Santuario” para los migrantes, el término “indocumentado” es el correcto para referirse al éxodo de centroamericanos y caribeños que cruzan por el país y que eventualmente son detenidos y obviamente “repatriados”, que no “deportados”, a sus naciones de origen.

El caso es que el pasado 17 de abril en un comunicado la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, “a cargo del Maestro Jesús Orta Martínez”, como presumen en todos sus boletines, destacó que “en acciones de la Estrategia de Proximidad por Cuadrantes detuvieron a una persona que transportaba  a 16 indocumentados centroamericanos, entre ellos nueve menores de edad, en calles de la alcaldía Miguel Hidalgo”.

El comunicado agrega que “un hombre, de 61 años, quien mencionó que transportaba a 16 personas provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, a quienes tras una inspección preventiva no se les encontró ningún tipo de arma. Por su parte el conductor indicó que la pagaron 500 pesos por cada pasajero, para trasladarlos al Estado de México y de ahí el grupo se dirigiría a la Ciudad de Tijuana”.

A pesar de la petición de este reportero al coordinador de Comunicación Social de la SSC, Armando Alcocer, de aclarar primero el destino de los 16 migrantes, es decir si fueron detenidos, deportados, llevados a un albergue, entregados al Instituto Nacional de Migración (INM), no hubo respuesta. Al parecer era más importante destacar la detención de una persona que el destino de 16 centroamericanos.

Asimismo le comente vía Whasapp que el término “indocumentado” utilizado en su boletín 637/19 me parecía que no era el correcto,  sobre todo para un gobierno que presume la protección de los derechos humanos y de los migrantes en tránsito por la capital. Mutis del funcionario que refleja el desinterés, el desdén y hasta el valemadrismo por este tipo de situaciones, de adjetivos, que desafortunadamente son reproducidas en los medios de comunicación sin ningún cuestionamiento.

En este debate de la xenofobia verbal contra los migrantes desde hace dos años el Departamento de Justicia de Estados Unidos ordenó a las fiscalías no utilizar el término “inmigrantes indocumentados”.

Un inmigrante que está en Estados Unidos legalmente, o cuyo estado es desconocido, debe ser descrito por su país de ciudadanía, señala la petición.

La Organización de las Naciones Unidas sugiere utilizar el término “migrante”  que incluye a todos los casos donde la decisión de emigrar se toma libremente por el individuo implicado, por razones de ‘conveniencia personal y sin intervención de un factor externo forzoso.

Incluso, desde hace por lo menos un año, la agencia de noticias Al Jazeera decidió que no usaría  migrante y “en lugar de ello, donde sea apropiado, dirá refugiado”. “El término ha evolucionado de las definiciones del diccionario para convertirse en una herramienta que deshumaniza y distancia, un peyorativo descortés”, se destacó.

A su vez, la Organización Internacional de las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) se refiere a estas personas como migrantes irregulares. es decir, aquellas “personas que han ingresado ilegalmente o tras el vencimiento de su visado, deja de tener status legal en el país receptor o de tránsito”.

El periodista español, Tomás Delclós, escribió en el diario “El País” en junio del 2013 que este no es un debate nuevo, ya que en abril de ese año la agencia estadunidense AP corrigió su Guía de Estilo y prohibió la expresión “inmigrante ilegal”.

En otras naciones y diarios de Europa el debate sigue abierto. El sentimiento xenófobo fomentado por la prensa británica ha visto convertidos a la mayoría de migrantes “en oportunistas económicos y gorrones de beneficios” en lugar de lo que realmente son: Víctimas de conflictos e inestabilidad, a menudo perpetuadas por la intervención occidental, agregó el periodista.

En México, sobre todo en redes sociales y ahora también lo vemos en algunas instancias de gobierno como la Secretaría de Seguridad Pública (SSC) capitalina se alienta el uso de este términos y adjetivos xenófobos, despectivos y racistas. Tal Cual.

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