Silvestre Revueltas universalizó su creación musical a través de producciones cinematográficas

Cultura

La música producida por Silvestre Revueltas ha trascendido en el tiempo. Casi ocho décadas después de su fallecimiento, sus partituras son interpretadas y escuchadas en la musicalización de películas nacionales y extranjeras basadas en composiciones como Sensemayá que aún hace vibrar a quien la escucha.

A 79 años de su deceso, que se conmemora este 5 de octubre, Revueltas sigue siendo uno de los más influyentes representantes de la corriente musical nacionalista.

Y es que el músico duranguense, oriundo de Santiago Papasquiaro, donde nació en 1899, ha sido una caja de resonancia cuyas vibraciones emitidas por composiciones como Sensemayá, su obra cumbre, cautiva los sentidos, al tiempo de ser admirado por su militancia de izquierda.

Su talento musical, aparejado con su sensibilidad artística, lo impulsó a crear en 1938 -a mediados del sexenio cardenista- la versión para orquesta sinfónica de Sensemayá, basada en el poema homónimo del célebre poeta cubano Nicolás Guillén, que lo llevaron a la cúspide, musicalmente hablando, a diferencia de otros compositores encumbrados por el poder político.

Su música es universal

En 1934, Nicolás Guillén publicó una serie de 17 poemas bajo el título de West Indies Ltd, uno de ellos Sensemayá (canto para matar una culebra), el cual al ser escuchado por Revueltas en viva voz del poeta, percibió la cadencia y ritmo del estribillo, por lo que puso manos a la obra en su nueva partitura, primero en una versión para conjunto instrumental y, posteriormente, en la orquestación que es universalmente conocida, logrando alcanzar uno de los puntos más altos en su producción musical.

“Es una obra a cuyo embrujo nadie se resistía”, decía el escritor y periodista mexicano Eusebio Ruvalcaba. Y es que Revueltas universalizó su creación musical a través de producciones cinematográficas nacionales e internacionales, como el filme estadounidense La ciudad del pecado cuya tercera historia está musicalizada por Sensemayá.

La noche de los mayasSensemayá y La coronela, son algunas de sus obras más emblemáticas, aunque también escribió partituras para películas mexicanas, como La bestia negraFerrocarrilesEl signo de la muerte Los de abajo, entre otras, por lo que el compositor es considerado un gigante de la música universal, además de que su obra se mantiene en evolución.

Integrante de una familia en la que destacaron escritores y activistas políticos, como su hermano José; artistas plásticos en el caso de Fermín, y Rosaura, quien fue   actriz, bailarina y escritora, Silvestre fue considerado un niño prodigio, ya que a los 11 años dio su primer recital de violín.

Se sabe que sus primeras composiciones datan de 1915, en los años de la Revolución Mexicana, y a los 17 años, a instancias de su padre, Gregorio Revueltas, ingresó en la escuela jesuita de St. Edwards en Texas, donde descubrió la música de Claude Debussy (1862-1918) quien fue una de sus grandes influencias.

Sus vínculos con los movimientos de izquierda se dieron durante su estancia en Chicago, y en 1937 viajó a España para participar en la Guerra Civil española (1936-1939).

El conflicto bélico español impactó en el compositor menguando su ánimo e intenciones de apoyar la causa. “La destrucción de una civilización hicieron considerar inútil cualquier intento de colaborar con una causa noble”, afirmó en una carta escrita en 1939. Dos años después, el compositor falleció, a la edad de 41 años.