Sibyl, Virginie Efira se adentra en el mundo del sicoanálisis

Cultura

Después de su exitosa visita a Cannes en 2016 con Victoria, la directora francesa Justine Triet llega por primera vez a la Competición con Sibyl, una “dramedia” protagonizada por Virginie Efira, que trata los temas de la identidad, las raíces y el proceso de creación.

Con Sibyl, Justine Triet continúa explorando la identidad y las raíces, una reflexión que ya había comenzado en sus primeras películas, La Bataille de Solférino (Age of Panic) y Victoria, a través de la imagen de una mujer que se debate entre su vida privada y su vida profesional, sus angustias y sus emociones. La directora colabora nuevamente con Virginie Efira, a quien ha confiado el papel principal, tres años después de Victoria, en la que encarnaba a una abogada que sufría a causa de sus relaciones sentimentales tumultuosas.

En esta oportunidad, Virginie Efira es Sibyl, un autora que se convierte en sicoanalista. Obnubilada por el deseo de escribir, decide dejar de lado las consultas, hasta el día en que se cruza con Margot, una joven actriz desamparada, que le implora que la reciba. Sibyl, fascinada por el dilema pasional de Margot, quien está embarazada del actor principal de la película en la que actúa, el cual a su vez vive con la directora de la misma, graba sus contratiempos a escondidas. Las declaraciones de su paciente, verdadera fuente de inspiración, alimentan su novela y la llevan de vuelta al pasado. Sin embargo, cuando Margot suplica a Sibyl que se encuentren en Stromboli para el final del rodaje, todo se acelera a una velocidad vertiginosa.

“Cuando comienza a escribir nuevamente al conocer a Margot, Sibyl abre una brecha que representa una incursión en el delirio de la ficción, a la vez que se sumerge en ella misma, en su identidad”.

Para protagonizar su largometraje junto a Virginie Efira, Justine Triet eligió a Adèle Exarchopoulos, ganadora de la Palme d’or con Léa Seydoux y Abdellatif Kechiche por La Vie d’Adèle (La vida de Adèle), presentada en Competición en 2013, así como Sandra Hüller, quien llamó la atención en Toni Erdmann, y cuya personalidad artística inspira a la directora: “la síntesis perfecta entre comedia y drama”.