SHCP consolida relación bilateral México Estados Unidos

Finanzas

En la década de 1990, México y Estados Unidos unieron esfuerzos por desarrollar proyectos de saneamiento para sus comunidades fronterizas principalmente en Tijuana, México, pues los escurrimientos y derrames de las aguas residuales se dirigen hacia Estados Unidos de forma natural.La solución de esta problemática requirió de grandes obras de infraestructura que hoy en día están rebasadas principalmente por el aumento de actividades económicas y el crecimiento poblacional.
Desde hace siete años se han presentado fallas relacionadas con el deterioro de infraestructura, como interrupciones en el tratamiento de aguas residuales o en las plantas de bombeo y colapsos en la red de conducción para lo cual se cuenta con protocolos para la notificación de derrames, bombas de respaldo y un programa de reparación y limpieza. Sin embargo, estas soluciones parciales solo postergan lo inevitable: una falla crítica, de derrames sin control hacia Estados Unidos que generará fricciones internacionales entre ambos países.
En el pasado, poner en orden la situación de derrames entre México y Estados Unidos consolidó las relaciones binacionales y fue pieza clave en la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Hoy la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), liderada por Arturo Herrera, toma la delantera y demuestra las cualidades colaborativas y la disposición de las dependencias mexicanas para atender los temas binacionales relevantes, como el agua y el medio ambiente. Integrantes del equipo del Secretario Herrera, como la Unidad de inversiones, han logrado estar un paso adelante para resolver los problemas de México y permitir que la relación binacional sea armoniosa y, por ende, más productiva y más promotora de que las relaciones comerciales se logren.
La acción decidida de la Secretaría de Hacienda es un esfuerzo realizado en forma conjunta con Cancillería, a cargo de Marcelo Ebrard, y la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y los Estados Unidos (CILA). El resultado de esta colaboración es una bolsa de 260 millones de pesos reservados para realizar las obras y acciones indispensables para reducir el riesgo de falla de las cuatro principales plantas de bombeo del Sistema de Saneamiento de Tijuana, con las que se logra desalojar las aguas residuales al Océano Pacifico.
Del mismo modo, se diseñará un nuevo Programa de Saneamiento de la Frontera Norte el cual se estima demandará de inversiones superiores a los quince mil millones de pesos en un programa multianual con visión a 2030 para afrontar esta situación. Esto se convierte en una forma de anticiparse a posibles problemas que el tema de agua y contaminación transfronteriza pudiera provocar en el marco de la negociación para el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Conviene recordar que en la relación bilateral México-Estados Unidos, durante décadas, el tema ambiental ha sido un factor de unidad, promotor de la cooperación e, incluso, de coinversión que ha brindado enormes beneficios para los habitantes fronterizos. Y en momentos críticos en la relación bilateral, se vuelve más importante enfatizar la cooperación como el modelo exitoso que es y ha sido, en el marco de una relación bilateral mutuamente benéfica para ambos países.