El director bengalí Abdullah Mohammad Saad presenta su película Rehana Maryam Noor a Un Certain Regard. Su cámara es testigo de la búsqueda de justicia por parte de Rehana, profesora adjunta en un hospital universitario interpretada por Azmeri Haque Badhon.
Cuéntenos cómo surge esta película.
Estaba trabajando en otro proyecto cuando me di cuenta de que no comprendía la realidad de mi personaje principal, no tanto como me habría gustado. Sentía que Rehana era mucho más cercana a mí; la tenía en mente desde hacía años. Crecí en una familia con mis tres hermanas mayores, que han influido muy profundamente en mí. Supongo que esta conexión tan intensa con Rehana es lo que me hizo tomar la decisión de aproximarme a ella.
¿Cómo fue el ambiente en el rodaje? ¿Alguna anécdota?
Aunque llevaba tiempo preparándome para filmar esta película a puerta cerrada, me resultó muy difícil recluir mi cámara en un espacio durante cinco semanas. Me costó mucho desenredar mis bloqueos para rodar un centenar de escenas en un mismo lugar, día tras día. También me enfrentaba a la dificultad añadida de los límites que yo mismo me imponía a mí mismo y al equipo. Por ejemplo, grabamos toda la película con un objetivo de 50 mm. ¡Yo vivía cada día como un examen de matemáticas!
¿Algo que decir sobre los intérpretes?
Fui muy afortunado al dar con Azmeri Haque Badhon. Se volcó por completo en el proyecto, cada día, y trabajó realmente duro para interpretar todas las facetas de Rehana Maryam Noor. Ensayó con nosotros durante nueve meses, dejó de lado todo lo demás y depositó toda su confianza en mí. Era electrizante verla actuar en el plató.
¿Qué ha aprendido con la dirección de este largometraje?
Diría que he podido aprender un poco sobre los valores de la paciencia y la resiliencia.
¿Qué es lo que le hizo querer dirigir?
Lo cierto es que ignoro cómo he acabado siendo director. No es algo que deseara hacer desde muy joven. En mi familia ni siquiera era muy común ir al cine. Puede que fuera el hecho de no tener éxito en nada más y que la dirección, sin embargo, no dejara de crecer dentro de mí, lo que me hizo sentir en un momento dado que podía intentarlo, que quizás podría convertirme en director.
