Reflexionan sobre la autonomía de los pueblos indígenas de Centroamérica en X FINI

Cultura

PACHUCA DE SOTO, Hgo. – En el marco de la décima edición del Festival Internacional de la Imagen (FINI), organizado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), el cineasta Michael Vetter dio a conocer el camino a la autonomía de los pueblos originarios de Guatemala, Nicaragua y el Salvador durante 1988 a 1990, cuando la guerra azotaba la región central del continente mediante el documental “Senderos, la odisea de los indígenas en Centroamérica”.

La producción cinematográfica utiliza la docuficción para mezclar la realidad y la reconstrucción de ciertos enfrentamientos o sucesos trascendentales en la narrativa de los pueblos retratados.

Dividida en dos historias, Vetter presenta, por un lado, la historia de Juan Chicaj, un campesino cuyo viaje lo lleva a convertirse en luchador social. También se visualiza el impacto de la violencia ejercida por el ejército contra la población maya, la sociedad fragmentada, desarraigada, sumida en la pobreza, así como la búsqueda de hacer escuchar sus demandas con el fin de obtener su propia autonomía.

“Nosotros hemos sido explotados por el ejército, han violado nuestros derechos, como pueblos indígenas, no tenemos ninguna frontera y no les diré que soy guatemalteco, soy kaqchikel antes que ser guatemalteco. Tenemos el derecho a una autonomía, debemos luchar por esa autonomía de nuestra madre tierra que nos hizo a todos como hermanos”, se observa decir a Chicaj en la recta final de su historia.

El Río Coco, al noreste de Nicaragua, fue escenario de sangrientos enfrentamientos entre grupos indígenas y revolucionarios. La guerra creó una frontera con Honduras, la cual, para los pueblos originarios nunca había existido; en este espacio se inicia la segunda parte del documental, a través de Lakia Álvarez, una mujer en búsqueda de la paz y de su esposo, quien se unió a los rebeldes.

Lakia explica el origen del conflicto bélico a raíz de la “Navidad Roja”, la operación de traslado de 42 comunidades de indígenas miskitos de la región nor-oriental de la Costa Caribe de Nicaragua desde la franja fronteriza del Río Coco con Honduras hacia el interior del país. La historia deja entrever el cómo la mala interpretación de la autonomía indígena por parte del gobierno sandinista derivó en el derramamiento de sangre contra el pueblo costeño y la separación de las familias, quienes se volvieron como refugiados.

Por su parte, Tomas Borge, comandante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), enfatiza en el documental que el gobierno vio un acto separatista, casi considerado como traición, en lugar de la realidad, un acto de reivindicación histórica que tenía como objetivo la unión del país.

Al finalizar la proyección del documental, Michael Vetter compartió con los asistentes que la finalidad de la cinta es crear una consciencia sobre la realidad del movimiento de liberación, en el cual se busca la identidad de los pueblos indígenas en Centroamérica.

“Hay que entender el mundo milenario, el mundo indígena… no puedes decir que no existieron porque ya llegamos nosotros; la cosa es entenderlos e integrarlos, la integración es decir vamos a entendernos, vamos a hacer las cosas y que haya paz”, puntualizó el cineasta.