Realiza UNAM Concurso Nacional de Satélites Enlatados. “En órbita”, 21 artefactos

Cultura

El Programa Espacial Universitario (PEU) de la UNAM llevó a cabo la etapa práctica del Concurso Nacional Satélites Enlatados (CanSat) 2018-2019, donde intervinieron más de 180 estudiantes de diversas instituciones de educación superior, de nueve estados de la República.

Es la sexta y única etapa práctica del concurso, el cuarto a nivel universitario y primero con carácter nacional, organizado por la Universidad Nacional a través del PEU, en colaboración con otras instituciones como la Agencia Espacial Mexicana.

A la fase de lanzamiento llegaron 180 jóvenes integrados en 21 equipos originarios de nueve entidades de la República, como Durango, Yucatán, Hidalgo, Querétaro y Estado de México, entre otros, que presentaron igual número de artefactos.

Se trata de satélites enlatados (CanSat), construidos, diseñados y probados por estudiantes de licenciatura y posgrado, con el objetivo de promover la ciencia y tecnología del espacio, dijo el jefe de la misión, Alejandro Farah Simón, integrante del PEU e investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.

“Es un proyecto satelital completo: desde la concepción, diseño, construcción, pruebas en tierra, vuelo y reporte científico. Es la primera vez que se hace un concurso nacional y se endurecieron las condiciones para acercarlas a los requerimientos de un concurso internacional, pues los ganadores acudirán a la CanSat Competition, en Texas, donde confluyen universidades de 100 países”, expuso José Francisco Valdés, coordinador del PEU.

La estación terrena de esta misión fue el Estadio de Prácticas “Roberto Tapatío Méndez”, en Ciudad Universitaria, el segundo más grande dentro del campus. 21 ingenios satelitales integrados dentro de una lata, de 22 por 10 centímetros, y un peso no mayor a 500 gramos, con un tripulante sensible: el huevo de una gallina; y la lanzadera espacial, un dron.

La misión 2019

La misión consistió en que cada uno de los CanSat transmitiera información de presión, temperatura, orientación y aceleración durante el trayecto de subida con el dron, y durante la caída libre desde una altura aproximada de 400 metros sobre el nivel del suelo del lugar.

Con estos datos se debía calcular la velocidad en todo el trayecto y la altura máxima lograda, y el equipo mostrar a los jueces la información recibida en tiempo real en una interfaz humano-máquina. Por primera vez, el satélite enlatado debió desplegar un paracaídas a una altitud de 100 metros, medidos desde el suelo del lugar donde el dron inició el ascenso.

Los satélites debían seguir transmitiendo una vez que tocaran tierra, por al menos 30 segundos; y llevaban en su interior un huevo de gallina que debía sobrevivir al impacto del aterrizaje.

“En los próximos días se hará público el nombre de los ganadores; el triunfador será el equipo que haya transmitido más datos, que su tripulante (huevo) haya sobrevivido y que haya cumplido con todas las especificaciones y requerimientos”, remarcó Alejandro Farah.

Los integrantes de “Verne”, “Krelboynes”, “Hunab kú”, Balam X, “Escuadrón 202”, “Aragón Valley”, “Bucareli”, “Pakal” y “Aragón Space”, así como el resto de los equipos, fueron evaluados por un jurado especializado in situ, y también lo harán con su reporte escrito en los próximos días para determinar quién acudirá a Estados Unidos, a enfrentarse a otros equipos universitarios del mundo.