Raymundo Mier Garza, Profesor Distinguido de la UAM

Cultura

La época actual se ciñe a lo que el aliento poético de Bertolt Brecht alude como “tiempos de oscuridad”, que no son otros que los de la primacía de la mentira, la confusión, la farsa cotidiana, la mascarada y el simulacro como régimen de gestión política, sostuvo el doctor Raymundo Mier Garza en la ceremonia en la que recibió el diploma que lo acredita como Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Frente a tal panorama social, la responsabilidad de la Institución no es engendrar un saber abstracto, sino devolver a la comunidad la fuerza de interrogar y vislumbrar su propia potencialidad de creación, en la búsqueda de la emancipación, dijo en el acto encabezado por la doctora Claudia Mónica Salazar Villava, secretaria de la Unidad Xochimilco, en representación del doctor Fernando De León González, rector de ese campus, y a la que también asistió el doctor Rodrigo Díaz Cruz, rector de la Unidad Iztapalapa.

El académico del Departamento de Educación y Comunicación subrayó que la vocación de la UAM no es sólo capacitar a los alumnos para su desempeño en un trabajo asalariado, mucho menos mantenerlos al amparo de la degradación y la miseria vital, sino engendrar un impulso a la creación de una trama de vínculos integrales, así como a la invención y la sustentación de un proyecto de mundo –otro planeta es posible– surgido de asumir la relevancia del pensamiento crítico irrenunciable y sin concesiones.

La colectividad emerge así como un momento de emancipación, vislumbre de un horizonte colectivo y forma que hace posible que la Universidad incida en las distintas instancias de lo social, recreando de manera permanente su propia autonomía, señaló el lingüista por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y doctor en Filosofía por la Universidad de Londres.

La autonomía universitaria supone la intervención de todos los actores: académicos, estudiantes y trabajadores; presume una exploración de todas las facetas y escalas de la vida colectiva en la Institución: la docencia, no como oferta de capacitación, sino como la creación incesante de una trama de solidaridades destinada al acrecentamiento de la potencia creadora, capaz de amplificarse al dominio social.

También supone la realización de la investigación, que acaso no sea sino una disposición a la gestión colectiva del vértigo de la invención de las incertidumbres, orientadas hacia nuevos horizontes de sentido, apuntó el autor de numerosos textos de filosofía del lenguaje, filosofía política, antropología, psicoanálisis y estética.

La autonomía es una libertad absoluta; es la opción de reconocer y ejercer la responsabilidad de desarrollar una acción adecuada a la situación y los condicionamientos históricos.

En estos tiempos de oscuridad, palabra vacía, canonización de efigies, fascinaciones de mentiras proféticas y narcicismo como eje ordenador de las formas de vida, el culto escénico del Yo y la canonización de los esperpentos, la vocación de la universidad pública y autónoma consiste en el pensamiento crítico y el rigor conceptual y analítico, expresiones de un régimen ético y político orientado a la creación de lo nuevo: no sólo de formas de conocimiento, sino de vínculo y vida.

La maestra Dolly Espínola Frausto, directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, expuso que el doctor Mier Garza cuenta con una vasta y trascendental obra en la que, a decir de sus colegas, “cada trabajo constituye un modelo de argumentación crítica que contribuye en forma significativa al campo de discusiones vigentes en el amplio abanico de las humanidades y las ciencias sociales”.

A su vez, los estudiantes califican la formación recibida por el Profesor Distinguido como determinante, describiéndolo como un mentor que siempre mostró interés y disposición a resolver dudas, guiar el trabajo y compartir su conocimiento.

Mier Garza es autor de siete libros y algunas casas editoriales de reconocido prestigio le han solicitado la traducción de textos clásicos del pensamiento contemporáneo. Además ha traducido artículos clave sobre temas de lingüística, poder, medios de comunicación, psicoanálisis y estudios de antropología.

Por su amplia experiencia y reconocimiento como docente, ha sido profesor invitado en posgrados de distintas instituciones nacionales y extranjeras. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas. En 2003 el Consejo Británico y la UNAM le otorgaron la Cátedra Virginia Woolf y ha sido miembro de la Comisión México Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural.

Espínola Frausto resaltó su faceta como lector y maestro, ya que fue su alumna en el posgrado. “Nos enseñó a leer siempre sin solemnidades y con una disposición a debatir y no comprar las ideas ni ser el discípulo de seguidor, reproductor atípico de lo que otro dice, sino a pensar por cuenta propia”.