Raymonde de Laroche fue unas de las primeras mujeres en pilotar un avión y la primera con licencia de pilota. La obtuvo el 8 de marzo de 1910, hace 110 años.
Elise Raymonde Deroche nació en una familia humilde. Su padre era un fontanero. Tras convertirse en actriz, adoptó un seudónimo más aristocrático: Raymonde de Laroche.
Le fascinaron las bicicletas, luego las motocicletas, luego las carreras de coches y, finalmente, los aviones. Conocía personalmente a varios aviadores, entre ellos, a Léon Delagrange, quien, se sospecha, era el padre del hijo de De Laroche, André.
En octubre de 1909, De Laroche pidió a su amigo, el aviador y constructor de aviones Charles Voisin, enseñarle a volar. El 22 de octubre de 1909, fue a la base de operaciones de los hermanos Voisin. Según la leyenda, Voisin solo le permitió a la joven manejar el avión por tierra, pero ella desobedeció y voló varios cientos de metros.
El 8 de julio de 1910, De Laroche tuvo su primer accidente cuando su avión chocó contra un árbol y realizó un aterrizaje duro. Acabó con una conmoción cerebral y una clavícula rota. Tardó dos años en recuperarse, pero el 26 de septiembre de 1912 se estrelló de nuevo, esta vez en un accidente de coche en el que su amigo e instructor Charles Voisin murió.
La exactriz viajaba por Europa y ofrecía espectáculos aéreos en El Cairo y San Petersburgo. Durante la Primera Guerra Mundial, cuando las mujeres fueron oficialmente suspendidas de los vuelos, sirvió de chófer en el Ejército francés.
En junio de 1919, la aviadora estableció dos récords mundiales femeninos: el vuelo más largo y el de mayor altitud de la historia. El 18 de julio de 1919, falleció en una catástrofe de avión manejado por otro piloto cuyo nombre se desconoce. Ambos murieron.
Un monumento en su honor se encuentra en el aeropuerto de París-Le Bourget.
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