Propone Conasami consensos para construir una política salarial de bienestar familiar

Finanzas

México se encuentra en un momento histórico inédito, de grandes transformaciones, y una de las fundamentales es la construcción de una política salarial de bienestar familiar que permita la recuperación del poder adquisitivo e impulse una reactivación económica e industrial incluyente y sustentable, afirmó hoy el presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, Andrés Peñaloza Méndez.

Durante su intervención en el Seminario sobre Política Salarial, realizado en la UAM Azcapotzalco, Peñaloza Méndez explicó que con el alza salarial vigente en 2019 se llegó a la línea de pobreza por ingresos individual, sin embargo, para cumplir con el mandato constitucional el horizonte para el cierre del sexenio debería ser la superación de la línea de pobreza por ingresos familiar. Un verdadero salario de bienestar familiar explicó.

Urgió a desneoliberalizar el pensamiento de la sociedad. Se acabaron los mitos de que incrementar el salario mínimo genera inflación y desempleo, disminuye la productividad y alienta la informalidad. En 2019 se incrementó el salario mínimo a 102.68 pesos, y en la zona fronteriza norte se duplicó, sin que hubiera consecuencias negativas, por el contrario, se registró la inflación más baja en años, con impacto casi nulo en el empleo.

Durante el periodo neoliberal, comentó, el costo de la contención laboral, es decir, las y los trabajadores dejaron de percibir 54.7 billones de pesos (cifra equivale a nueve veces el presupuesto de egresos de la federación estimado para 2020). Esto provocó que México se convirtiera en uno de los países más desiguales e inequitativos del mundo.

Ahora, se acabaron los topes que sirvieron únicamente para precarizar el trabajo. Hoy el consenso entre empleadores y sindicatos es una recuperación salarial que de paso a la reactivación económica que, a su vez, impulse un crecimiento inclusivo que facilite la redistribución de la riqueza, destacó Peñaloza Méndez.

Añadió que esa recuperación tendrá éxito en la medida que se pongan en marcha políticas públicas de fomento industrial con transferencia de tecnologías sustentables, así como incentivos fiscales y hacendarios. Es necesario fortalecer el consumo y el mercado interno.

Además, los incrementos al salario mínimo se articularán con los programas de bienestar del gobierno federal: Jóvenes Construyendo el Futuro, Becas para Estudiantes Benito Juárez, Pensiones para personas adultas mayores, entre otros, para brindar una mayor atención a quienes menos tienen.

Peñaloza Méndez hizo en hincapié en la necesidad de establecer mecanismos de diálogo para lograr el salario mínimo de bienestar familiar. Ofrecer certidumbre a la sociedad, porque los consensos entre los sectores sociales y productivos permiten el impulso de la economía y un ambiente laboral favorable.

Detalló que la recuperación gradual y sostenida de los salarios, es un eje estratégico de la Conasami, incorporado en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 y, entre las prioridades se encuentra la fijación, este año, de los salarios mínimos para el trabajo doméstico y jornaleros agrícolas.

Finalmente, resaltó que como parte del proceso de revisión salarial se tiene como objetivo la actualización de los salarios mínimos profesionales y, como prioridad, la incorporación del salario mínimo para el trabajo del hogar.

Por su parte, la economista y parte del equipo técnico de Conasami, Karla Neri, indicó que las mujeres trabajadoras se encuentran en la parte baja de la distribución salarial. De los 11 millones de trabajadores que perciben hasta un salario mínimo 53.58% son mujeres, a pesar de que ellas sólo representan 39.14% de la población que labora.

En 2019, del total de mujeres que laboran y están registradas en el IMSS, 18.79% gana hasta dos veces el salario mínimo. Para los hombres este porcentaje es de 14.74%. Esto significa que las mujeres son más propensas a recibir menores salarios en comparación con los hombres.

Mencionó que los aumentos en el salario mínimo tienden a beneficiar a grupos ubicados en la parte baja de la distribución salarial: mujeres, jóvenes, personas con menor nivel educativo.