Promueven dotar de dispositivos lectores de libros electrónicos a todos los estudiantes de educación básica

Política

La diputada Martha Huerta Hernández (PT) planteó reformar los artículos 9, 30, 84, 113 y 114 de la Ley General de Educación, para establecer que la autoridad educativa procurará garantizar el acceso universal y gratuito a dispositivos lectores de libros electrónicos a todos los estudiantes de educación básica, considerando un plazo para su reemplazo.

Explicó que estos dispositivos son una buena opción por su facilidad de uso, mínimo gasto de energía y relativamente bajo costo, por lo que se podría sustituir gradualmente la impresión de libros de texto con la compra de estas herramientas, que ayudarían a reducir la brecha digital entre quienes tienen recursos y los que carecen de ellos.

La iniciativa, turnada a la Comisión de Educación, señala que la adopción de nuevas tecnologías ha permitido ampliar el acceso al conocimiento universal, lo que generó más contenidos en una década que lo que previamente alcanzó la humanidad en varios siglos.

Subraya que el principio de equidad obliga a dotar, a quien no tiene recursos, de las herramientas necesarias para su desarrollo personal, además de dar mejores alternativas educativas y herramientas a la población, en especial a la que está en condiciones de desventaja.

Menciona que la pandemia ha obligado a suspender las clases presenciales por más tiempo del recomendable, mostrándonos que las alternativas de trabajo y educación a distancia pueden ser convenientes y adecuadas en algunos ámbitos.

Enfatiza que la propuesta no tendrá impacto presupuestal, dado que se irá sustituyendo gradualmente el libro de texto con los dispositivos lectores de libros electrónicos, utilizando el mismo recurso.

Especifica  que una vez realizada la cobertura universal -en un lapso de tres ciclos escolares-, se reservará una pequeña partida para el costo de reposición de aparatos deteriorados y la cobertura de nuevos alumnos.

Se podrá reducir el gasto realizado hoy, disminuyendo también el daño ambiental que implica la producción de papel para 176 millones de libros impresos cada año, asegura.