Prohibirá Alcaldía Iztapalapa la venta de alcohol en pueblos donde se realizan carnavales para prevenir la violencia

Metrópoli

Durante los carnavales de Iztapalapa, que ya comienzan el próximo fin de semana, la Alcaldía aplicará la prohibición de venta de bebidas alcohólicas y habrá estricta vigilancia en esas festividades para evitar la portación y el disparo de armas de fuego, anunció la alcaldesa Clara Brugada Molina, pues no se puede permitir que continúen los homicidios y las lesiones en las que se mezclan el consumo de alcohol y el uso de armas.

Clara Brugada dio a conocer lo anterior en el marco de la puesta en marcha de la segunda etapa del programa Si al desarme, sí a la paz en el atrio de la parroquia de la Resurrección de Cristo, en la colonia Constitución de 1917, donde resaltó que en Iztapalapa se deben tomar medidas para abatir la incidencia de homicidios, principalmente por arma de fuego, y las lesiones, pues aunque en el conjunto de delitos de alto impacto hay reducción de 42 por ciento, en esos dos se debe trabajar más.

“No podemos seguir con una cultura de violencia y de resolver los conflictos a balazos. No pueden seguir los disparos al aire porque sabemos que esa bala perdida, como se le llama, ha llegado a muchos inocentes, niños y niñas; no podemos dejar que se hagan disparos de arma de fuego al aire”, estableció durante el evento en que estuvo acompañada por la directora general de Gobierno de la Ciudad de México, Adriana Contreras Vera.

Destacó que el próximo fin de semana comienzan los carnavales en los pueblos y barrios originarios, los primeros son en Santa Martha Acatitla y Santa María Aztahuacán. Recordó que en 2019 una persona resultó muerta en este último poblado y aunque “respetamos todas las festividades, esto nos obliga a que la Alcaldía va a decretar Ley Seca en esos pueblos originarios donde se lleven a cabo carnavales”.

“No queríamos llegar a eso, pero después de los acontecimientos del año pasado” se debe hacer. Dijo que a veces los organizadores sí se comprometen a mantener el orden, pero se les va de las manos, y “por otro lado vamos también a garantizar mayor seguridad y vamos a estar vigilando que no se porten armas de fuego”, pues “no podemos dejar que haya muertos en estos carnavales; se supone que es para divertirse, para reconocer nuestras tradiciones, para multiplicarlas, pero no para utilizar armas de fuego y embriagarse”.

La alcaldesa afirmó que todas las campañas preventivas son útiles, y en el caso de las campañas de desarme han dado buenos resultados en Iztapalapa, muestra de ello es que en 2018 hubo 440 casos de lesiones por arma de fuego, en 2019 se registró una disminución de 16 por ciento, con 369 personas lesionadas. Aunque parezca poco, se avanza en el objetivo de que haya disminución de víctimas por disparo de arma de fuego.

Destacó que un herido genera situaciones muy lamentables en el hogar, a veces los lesionados quedan discapacitados permanentemente y generan gastos catastróficos para su familia, por eso hay que sacar las armas de las calles y de los hogares mediante su canje por dinero, acto al que convocó a todos los iztapalapenses y recordó que las personas que llevan una pistola o algún otro artefacto no son investigadas.

Por su parte, la directora general de Gobierno de la Ciudad de México, Adriana Contreras Vera, afirmó que el programa Sí al desarme, sí a la paz ha resultado exitoso con el apoyo de todas las dependencias participantes y, principalmente, de los ciudadanos que han entregado armas, por lo que en 2019 se alcanzó la meta de recuperar 5 mil y se ha logrado, sin duda, evitar lesionados y la pérdida de vidas humanas.

Destacó también la participación de la Iglesia católica al permitir que los módulos de canje de armas se instalen en los atrios, como en este caso, donde se trabajará durante dos semanas, de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 horas.

Al evento acudieron Margarita Vázquez Sánchez, en representación de la Fiscalía General de Justicia; Wilfrido Lescas, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana; el magistrado Yaopol Pérez Amaya Jiménez, en representación del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México; el párroco Fernando Arteaga y el coronel Alejandro de Jesús Orozco Contreras, de la Guardia Nacional.