Presentarán el poemario Doble vida, de Víctor Hugo Díaz, representativo de la generación Post 87 chilena

Cultura

El poemario Doble vida, de Víctor Hugo Díaz (Premio Pablo Neruda 2004), uno de los más representativos de la generación Post 87 chilena, que le dio un vuelco al lenguaje lírico de la dictadura, cambió sus paradigmas y empezó a hablar del mundo de hoy, se presentará el martes 27 de agosto, a las 19:00 horas, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
Publicado por primera vez en 1989 y reeditado por Cisnegro este año, el libro marcó una nueva etapa para la poesía de aquel país, de acuerdo con la crítica chilena. En palabras del escritor, “al entrar la generación del 87 cambió todo el cuento antiguo de la dictadura, de la provincia, de la prosa que no decía nada, irracional y mágica; y llegaron los temas de la ciudad, el desgarro, el poeta como héroe, lo mecánico, el mundo de hoy”.
El artista se cataloga a sí mismo como postmoderno, como un postpoeta. “Así como Nicanor Parra fue considerado el antipoeta, lo mío es la postpoesía, porque mi obra ya no está en lo lírico, el tema no es el trabajo con el lenguaje, no es la palabra, no es lo musical, sino la realidad”.
Para Víctor Hugo Díaz aún hay mucha poesía que se ciñe al ritmo y al verso, pero en su obra lo central es la imagen, decir más con menos elementos, en poesía más es menos y menos es más.
“Me opongo a la poesía que no dice nada, que es puro sonido, y aunque en mis versos hay belleza y musicalidad, no intentan ser solo retórica que suene bien. Es una voz postmoderna, una voz del hoy, del ahora”, señaló el chileno.
Añadió que la poesía no tiene temas, “por eso no puede ser gay, ni femenina, ni negra, ni indígena. Esos son puros asideros. El gran y único tema de la poesía es el aquí, el ahora, no hay nada más. El gran tema de todas las artes es lo frágil de la vida humana, el presente continuo de la existencia, porque los momentos pasados nunca volverán”.
Expresó que desde el 87, la poesía joven chilena cambió sus paradigmas —ya nadie cree en el marxismo ni en el comunismo— y surgió la preocupación por el desamparo del individuo y la experiencia vital.
“Debemos entender a la sociedad como una lectura, pues todo transcurre ante nuestros ojos: el tiempo, las edades, la gente, los autos, la actualidad. La poesía no es leer palabras sobre un papel, sino, como decía Elliot, la poesía es el gran tema universal, pero dicho en palabras de la tribu”.
Víctor Hugo Díaz define su obra como una “poesía continental; creo que América Latina es una sola, México y Chile son los dos extremos del mismo contexto cultural e histórico”. Para el chileno, la poesía que importa es la continental, pues es desde donde escribe.
“En Latinoamérica, el americanismo y la comunidad están atravesados por el mercado, el consumo ha reemplazado la experiencia. En este contexto, donde todo es producción, veo a la poesía como seducción, porque es en sí una experiencia en la que nadie ha estado antes. Cada poema es único en sí, por eso la poesía no tiene tema, es canción, oda, alegoría. La poesía es un acto de resistencia vital”.
De acuerdo con el autor, la poesía latinoamericana está viviendo una transición, una crisis, se ha vuelto más crítica, no hacia lo político o social, sino hacia la vida, pues está en todo lo que nos toca vivir, está en nuestra historia.
Respecto de su obra Doble vida, dijo que es un espejo que inicia con la suposición de estar frente a la pantalla y todo lo que se ve puede suceder en la vida real, es un tránsito que inicia desde la pantalla hacia fuera de ella, hacia este lado, hacia la realidad. “Por eso la portada de la nueva edición mexicana me encantó, es un tipo con un celular en la mano, la pantalla de hoy”.
Como autor, dijo, “creo en la magia, la magia de la vida, de la angustia, del fracaso, porque todo eso es poesía que te hace levantar la mirada del libro y te deja ver la realidad”.