Presentan el libro “Ignacio García Téllez, ideólogo desconocido del cardenismo”

Cultura
  • La educación socialista debe entenderse como el anhelo de Lázaro Cárdenas de cambiar el rumbo del país: diputado Moreira Valdez

La Cámara de Diputados, a través de su Secretarías General, y la de Servicios Parlamentarios, así como el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP), realizó la presentación del libro “Ignacio García Téllez, ideólogo desconocido del cardenismo”, del autor Luis Medina Peña.

Durante el evento, el diputado Rubén Moreira Valdez (PRI) sostuvo que el cardenismo sigue vigente y refirió que el ideólogo García Téllez se enfrentó en su tiempo al desacato de la industria petrolera, pero el México moderno no se puede entender jamás sin la expropiación, porque es fuente de riqueza de muchas cosas; es el mayor pagador de impuestos en el país y un generador de ciencia y tecnología.

Al referirse a la obra, el también coordinador de su grupo parlamentario, mencionó que la educación socialista debe ser entendida como el anhelo de Lázaro Cárdenas de cambiar el rumbo del país, a partir de la enseñanza laica para todas y todos.

“Se requiere una educación que forje las voluntades de los hombres, esto es, que temple al hombre en la lucha desde sus primeros años, para que los intelectuales no sean más la materia de la política ni los corsarios de las profesiones”, abundó.

Por su parte, el diputado Mario Gerardo Riestra Piña (PAN) precisó que muchos se lanzan a la acción sin reflexión, a la redacción de políticas públicas sin realizar antes un diagnóstico, contrario a todos los planteamientos de Ignacio García Téllez, que partían de un análisis y una deliberación.

Riestra Piña señaló que “en este sexenio se habla mucho del cardenismo, aunque, lamentablemente, no se lee mucho sobre el tema, pero si se hiciera, aclararía muchas dudas que al día de hoy siguen vigentes, porque las ideas que impulsó García Téllez se convirtieron en una teoría netamente mexicana”.

Con base en ello, el legislador del PAN se sumó al argumento del senador Heriberto Galindo Quiñones (PRI) de inscribir el nombre de García Téllez en el Muro de Honor del Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, por su gran legado histórico.

A su vez, el secretario de Servicios Parlamentarios, Hugo Cristian Rosas de León, destacó que esta obra tiene un carácter inspirador en lo individual y en lo colectivo. En la primera condición, agregó, porque muestra los orígenes de un joven humilde con inquietudes sociales, preocupaciones intelectuales, pero con una férrea voluntad por superarse.

Y en segunda, por lo que García Téllez contribuyó a forjar ese corpus ideológico, “eso que se conoció como el cardenismo revolucionario”, situación relevante para el Estado, que, como entidad política, como fenómeno de dominación, necesita cohesión, legitimidad y nobleza política.

Juan Carlos Cervantes Gómez, director general del CEDIP, aseguró que se trata de una obra que plasma los resultados de la investigación del doctor Luis Medina, la cual obsequia una mirada a un personaje que, tanto en vida como en la historia, transitó en forma humilde y recatada, pero que fue un bastión para el anteceder político del país.

La doctora María Vázquez Valdez, Directora de Bibliotecas de la Cámara de Diputados, indicó que, en el segundo lustro de la década de 1930, Ignacio García Téllez es parte del cambio fundamental en México y el mundo, uno de los protagonistas de las reformas sociales, económicas y políticas en nuestro país.

Heriberto Galindo Quiñonez, senador de la República, reconoció a Ignacio García Téllez como un hombre íntegro, congruente, seguidor apasionado y serio de la política del Presidente Lázaro Cárdenas, con virtudes poco comunes en un político, humilde, sencillo, no protagónico, prudente, callado, hasta introvertido sin dejar de ser valiente en defender las instituciones por las que él había luchado.

Por su parte, Luis Medina Peña afirmó que los historiadores contemporáneos “somos los que más sufrimos”, porque si se trata de hacer historia del Siglo XVI los libros están ahí, esperando a ser consultados, pero lo contemporáneo es muy difícil, los archivos privados son particulares y los públicos tienen 25 años de plazo para que los abran, por eso nos “enfrentamos a la escasez de fuentes”.

“Van a tener en sus manos un libro que no solo reseña una vida ejemplar de cómo debe ser un político, a pesar de todos los vaivenes que sufre. Y pese a que nunca fue profeta en su tierra, fue un político federal completo”, concluyó.