Once in Trubchevsk, la mirada de Larisa Sadilova

Cultura

Autora de seis largometrajes, la directora rusa Larisa Sadilova llevaba varios años sin rodar. Con esta “crónica de la ciudad de Trubchevsk”, que se ubica en el medio rural ruso contemporáneo, realiza un tierno retrato de sus personajes. Once in Trubchevsk se presenta en Un Certain Regard.

¿De dónde surge la inspiración para esta película?
Conocía a una pareja real de enamorados que tenía una única oportunidad de volver a verse: para aprovecharla, se subieron a un camión de Briansk a Moscú en un viaje de ida y vuelta. Esa historia me marcó. «Guau, ¡qué romántico!». Pero es lo único que conocía de su historia.

¿Cómo fue el ambiente durante el rodaje? ¿Recuerda alguna anécdota? 
Me gusta crear durante el rodaje y hacer participar a actores no profesionales. Dejo espacio a este tipo de creación porque creo que haría mis películas con menos entusiasmo si no recurriera a mi imaginación. Seguir sin más el guion me parece muy aburrido. Por supuesto, necesitamos directrices que seguir, pero dentro del marco del guion, es necesario dejar espacio a la libertad.

¿Qué nos puede decir de sus actores?
Descubrí a Kristina Shnaider, que interpreta a Anna, hace unos años en la entrega de los premios Nika de la Russian Film Academy. Apareció en el escenario cantando. Estudió en la RATI (Academia rusa de artes escénicas) y ya había participado en la película Shagal – Malevich de Aleksandr Mittá, en la que interpretaba el papel de Bella, mujer y musa de Chagall. Kristina es perfecta para el papel de Anna, la amada de Egor Barinov. Hay una carencia de actrices como ella en nuestro cine, dominado por modelos, más glamurosas.

Egor Barinov es actor, pero también director. Es una persona profundamente sensible y un actor inteligente: durante el rodaje, a veces, le asignaba tareas prácticamente imposibles, ¡pero él lo hacía todo!

Vi a Maria Semyonova (Tamara, la mujer del camionero) por primera vez en la película de una compañera. Es una actriz muy sensual, con los nervios a flor de piel. Maria sabe mostrar los matices de las sensibilidades y hacerlos aparentes.

Había rodado con Yury Kisilyov (el marido de Anna en la película) en mis tres proyectos anteriores. En un actor de gran talento y muy prometedor, que aborda cada papel con seriedad. No se queda con los estereotipos y sabe prestar atención al más mínimo detalle.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración? 
Desde que tenía cinco años, sabía que quería ser actriz. Tras el colegio, asistí a VGIK, donde aprendí a dirigir e interpretar de la mano de los mejores profesores: el director Sergei Gerasimov y la actriz Tamara Makarova. Cuando por fin tuve el valor de lanzarme como directora, me inspiré en mi mentor, Gerasimov, y sus películas.

¿Qué nos puede decir de su próximo proyecto?
Planeo rodar mi próxima película en mi tierra, en la región de Briansk. La intriga se basa en la historia real de una mujer rusa de 65 años que, en nuestros días (difíciles para los más pobres), hace lo posible por sobrevivir.