Ofrecen banquete sonoro y táctil a videntes e invidentes con música y artes plásticas

Cultura

Con un concierto a cargo de la clavecinista Lorena Peugnet Díaz, este viernes por la tarde en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se llevó a cabo el segundo concierto de las IV Jornadas – Tercer Festival Internacional Música y Ceguera, en el marco del ciclo de Música Antigua que organiza la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Obras de compositores barrocos que en algún momento de sus vidas fueron afectados por la ceguera, formaron el programa de esta tarde. Del alemán Georg Friedrich Haendel (1685-1759) se interpretó la Chacona en sol mayor, HWV 435 (21 variaciones), y del inglés John Stanley, Voluntary III en sol menor, Concierto en si bemol mayor op. X, Voluntary II en re menor, Voluntary II en do mayor y Concierto IV en do menor op. X.

Con la asistencia de numerosas personas invidentes o con diferentes grados de ceguera, el recital resultó un banquete sonoro que el público aplaudió de manera generosa, en especial por el virtuosismo de la ejecutante del clavecín, quien en algún momento hizo pausas para dar tiempo para que ingresaran a la sala numerosos grupos que llegaron al recinto.

La sesión del festival fue organizada por la agrupación civil Música y Ceguera, dedicada a fortalecer la participación de concertistas con discapacidad visual en la escena profesional, a recuperar el repertorio compuesto por músicos ciegos y a fortalecer el desarrollo de nuevas generaciones de músicos, pero también a entablar un vínculo más estrecho del público no solo con la música, sino con otras ramas del arte, de acuerdo con lo que comentó la clavecinista Lorena Peugnet Díaz, responsable de la iniciativa.

Es por ello que, en el intermedio del concierto, decenas de personas -videntes e invidentes- fueron invitadas a subir al escenario para disfrutar de manera táctil algunas pinturas y esculturas realizadas por la artista Shino Watabe, de Japón, y el escultor Theo Zenker, de México, a fin de que la experiencia del encuentro no fuera solamente sonora, sino también táctil y visual.

En la sesión, la clavecinista y promotora de derechos culturales de las personas con capacidades diferentes, Lorena Peugnet Díaz, agradeció a la Secretaría de Cultura y al INBAL el apoyo para realizar estos conciertos dentro del tradicional ciclo de Música Antigua, así como a otras instituciones culturales.

Comentó que el afán de Música y Ceguera es crear conciencia entre la gente de que las personas invidentes merecen respeto y un trato digno, además de un libre acceso a las expresiones culturales, como uno de los derechos humanos de los mexicanos. En las dos primeras ediciones del festival, recordó la también investigadora, el festival contó con la participación de cineastas y luego de escritores, quienes compartieron sus trabajos e invitaron a más personas a expresarse a través de las artes.

Asimismo, informó que en la edición del próximo año se invitará a artistas de la escena, es decir, a teatristas y coreógrafos para que se unan al festival de música y ampliar las posibilidades de experiencias enriquecedoras entre la población afectada por la ceguera.

Samanta Solano, de 13 años de edad, invidente, fue invitada a subir al escenario y cantar una pieza. Lorena Peugnet la conoció en la primera edición del festival y en una conferencia la niña comenzó a cantar y sorprendió a los asistentes. Hoy, dijo, Samanta cuenta con el apoyo de Música y Ceguera para estudiar y compartir, poco a poco, la escena con otros destacados artistas.

Las IV Jornadas y Tercer Festival Internacional Música y Ceguera 2019 continuará sus actividades multidisciplinarias en diversos recintos de la Ciudad de México y Cuernavaca, hasta el próximo domingo 11 de agosto con la participación de artistas de México, España, Japón y China.