Museo del Palacio de Bellas Artes abre la puerta a El ojo de París

Cultura

Las imágenes captadas por el ojo de uno de los fotógrafos más reconocidos del siglo XX llegan a México para adentrar al público en el París de los años treinta. Gyulá Halász veía el hecho fotográfico como el inicio de una historia, que se revivirá con Brassaï. El ojo de París.
La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), presenta por primera vez una retrospectiva de Brassaï, exposición dividida en 12 ejes: París de noche, Placeres, París de día, Grafitis, Minotaure, Lugares y cosas, Personajes, Sociedad, Cuerpo de mujer, Retratos, Artistas, escritores, amigos, La calle y Sueño.
Del 15 de marzo al 16 de junio, el público visitante podrá apreciar más de 200 piezas en las cuales Gyulá construyó diversas secuencias, como si se tratara de un material cinematográfico, porque el veía personajes.
A 120 años de su natalicio y 35 del deceso del joven húngaro, el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) expone El rey sol, de la serie Grafiti, considerada una de las 100 mejores imágenes del siglo XX, según críticos especializados.
Durante un recorrido para medios de comunicación, Philippe Ribeyrolles, sobrino y representante legal de la Fundación Estate Brassaï, dijo que el artista nacido en Transilvania (1899-1984) consideraba la fotografía como una construcción poética inmediata. Recordó que la formación de Brassaï fue autodidacta, sobre todo en un momento en que la fotografía no era tomada como una herramienta artística y era difícil dedicarse a esta actividad por completo.
Pese a ello, el artista construyó imágenes de personajes emblemáticos del París de principios del siglo pasado, como la Dama de las joyas, quien se molestó por los comentarios de quienes vieron la foto.
Tras asegurar que la exposición es una serie narrativa no cronológica, Philippe Ribeyrolles afirmó que las imágenes captadas por Brassaï abren la puerta de la imaginación, gracias a su estilo innovador, como es el caso de su obra titulada Pilastra del metro elevado, que data de 1935, “y que puede recordar el perfil del director de cine Alfred Hitchcock”, debido a que su sombra parece emanar de ese objeto.
Apuntó que el fotógrafo se sentía “bastante bien”, tanto en la nobleza como “en el corazón del París más obscuro”. Lo mismo retrató a las clases altas que a prostitutas, proxenetas y todo tipo de personajes, pero habría que recordar que su trabajo “no era aleatorio”, ya que para el artista el ojo hace fantástico lo que uno está viendo.
Tras compartir una serie de anécdotas y comentarios alusivos a Brassaï, desde el sobrenombre que le asignó Henry Miller (El ojo de París), Philippe comentó que Dalí, Picasso, Matisse, Giacometti, Genet y Michaux, entre muchos otros artistas y escritores, formaron parte de sus amigos y modelos.
Señaló que Picasso, Breton y los surrealistas recurrieron a Brassaï para ilustrar con fotografías algunas de sus publicaciones, como Minotaure, de la cual se expone una selección en la actual muestra.
Antes del recorrido, el sobrino del fotógrafo, músico, dibujante, cineasta, escritor, escultor y creador de tapices, mencionó que la exposición en México será “un poco diferente” a las otras muestras montadas en Barcelona, Madrid y otras ciudades.
Comentó que a Brassaï, nacido el 9 de septiembre de 1899, le gustaba la numerología y la astrología. y creía que este número le daba protección.
Hay fotos inquietantes en el París de día y en el de noche
Por su parte, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix, dijo que será la primera vez que se presente en México una retrospectiva de Brassaï, después de haber sido expuesta su obra en Madrid, España, y de recorrer algunas ciudades de Estados Unidos.
Señaló que la muestra fue curada por Peter Galassi, jefe del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York y uno de los especialistas de Brassaï, quien le dio un toque “como de poliedro” al París de los años treinta y cuarenta del siglo XX.
Aseguró que muchas de las fotografías de Brassaï “son verdaderamente inquietantes”, ya que lo mismo aparece el París de día y de noche, de los placeres y del sueño, del cuerpo de la mujer y de la calle. Desde su llegada a esta ciudad, en 1924, supo conectarse a su ambiente. Brassaï vivió los barrios y cafés parisinos, de ahí que le dio vida a las obras que hizo.
En tanto, Nadia Arroyo, directora de Cultura de la Fundación Mapfre, dijo que la exposición está dedicada a uno de los fotógrafos, faros del siglo XX y uno de los artistas más influyentes.