Motecuhzoma II, ópera monumental que resignifica nuestra historia Réplica indígena acerca de la conquista

Cultura

Cuando los españoles llegaron a México Tenochtítlan no sabían pronunciar Motecuhzoma y decían Muteczumo, que luego devino Moctezuma. Desde entonces pronunciamos mal el nombre del tlatoani y hemos conocido, básicamente, la versión de los ganadores y de quienes escribieron la historia. Ahora podremos ver la réplica indígena sobre la conquista y conocer la voz de los mexicas. El 7 y 8 de noviembre se estrenará en el Zócalo de la Ciudad de México la ópera monumental Motecuhzoma II, a partir de música de Antonio Vivaldi (1678-1741) y el músico y escritor mexicano Samuel Máynez Champion.
La Secretaría de Cultura de la CDMX presenta un montaje elaborado especialmente para conmemorar 500 años del encuentro entre el gobernante mexica y Hernán Cortés. Por primera vez en la historia de la ópera se escenifica una refutación argumental sobre personajes y hechos históricos.
Es una reelaboración del dramma per musica Motezuma de Vivaldi, realizada con apego a las fuentes históricas sobre la Conquista, en particular una minuciosa recopilación de textos que conforman la Visión de los Vencidos. Un espacio, dentro del melodrama, para la réplica indígena sobre su propia conquista.
Motecuhzoma II es la revisión actual de una ópera del pasado que resignifica nuestra comprensión histórica de lo que fue la Conquista de México, el sincretismo cultural, la mezcla de dos grupos humanos con todas las luces y sombras que se produjeron y de cuya proyección somos hoy consecuencias vivientes entre España y Mesoamérica. También es una obra plurilingüista y pluricultural que se representará en español, náhuatl y maya.
Samuel Máynez Champion realizó una investigación meticulosa y exhaustiva que le llevó cerca de una década. Escribió la ópera basado en una partitura de Antonio Vivaldi titulada Motezuma, desaparecida durante casi tres siglos y encontrada en Kiev en 2002. La música tenía mutilaciones severas y en un estado de conservación tan precario, que su reconstrucción era obligada. El trabajo de restauración de la música perdida y la reelaboración del manuscrito, llevó a Máynez a extraer la obra de la tradición barroca para darle un sentido histórico real.
Para ello contó con la colaboración de Miguel León-Portilla y Alfredo López Austin, máximos investigadores del mundo precortesiano, así como el aval del dramaturgo Vicente Leñero, el poeta Juan Bañuelos y el maestro Francesco Fanna, quien desde 1997 dirige el Instituto Italiano Antonio Vivaldi en la Fundación Giorgio Cini de Venecia. Viene especialmente a dirigir la ópera.
La representación del 7 y 8 de noviembre contará con la dirección escénica a cargo de José Luis Cruz y el director español Ignacio García, quienes trabajarán al alimón y la musical, al frente de la Orquesta Filarmónica de la CDMX, con 30 músicos, a cargo de Fanna. Cabe señalar que además de las lenguas, fueron yuxtapuestos instrumentos musicales prehispánicos sobre la orquestación europea. Con esta premisa se apela a una clave utópica en el sentido del diálogo paritario que logran los instrumentos prehispánicos con los europeos, diálogo que nunca han conseguido los seres humanos.
Habrá alrededor de 150 personas en escena, entre 14 actores, 6 solistas, 30 cantantes del coro Stacatto de la UNAM, 40 danzantes del grupo Tlaltikpak de Tláhuac, 10 jinetes, 40 músicos de la Orquesta Filarmónica de la CDMX y 15 bailarines.
El elenco está integrado por Rubén Luque, Rogelio Marín, Jorge Negrete, Alejandra Robles, Cristina Nakad, Amed Liévanos, Jacob Bravo, Paola Danae Gutiérrez, Jorge Caso y Corina Mora.
Con tres actos y una sinfonía, Motecuhzoma II sustituye a la farsa con final feliz de la ópera vivaldiana. En palabras del Dr. Enrique Graue, Rector de la UNAM, este trabajo refleja magistralmente el sincretismo de mundos: el de Tenochtítlan y el de los conquistadores, el de Vivaldi y el de Motecuhzoma, el de la academia y el arte.