Mélodie en sous-sol (Gran jugada en la Costa Azul): asalto en regla dirigido por Henri Verneuil

Cultura

Un dúo en la cúspide, formado por Jean Gabin y Alain Delon, los diálogos impertinentes de Michel Audiard, la historia de un atraco en Cannes: Mélodie en sous-sol (Gran jugada en la Costa Azul), 1963, reúne con maestría todos los ingredientes de una intriga policíaca perfecta. Henri Verneuil incursiona en el Cinéma de la plage.

Gabin (Charles), un viejo maleante que acaba de salir de la cárcel, quiere dar su último “golpe” antes de jubilarse en Canberra, en Australia. Su objetivo es robar mil millones de antiguos francos. Alain Delon (Francis Verlot), un joven granuja sin escrúpulos, se convierte en seductor de bailarinas escandinavas para interpretar su papel a cabalidad. El casino Palm Beach de Cannes ofrece un contraste voluntario con las casas de Sarcelles, el barrio de suburbios color hormigón de Charles. Los diálogos de Michel Audiard, escritos en un argot francés clásico, confieren a la obra un toque burlón que acentúan los excelentes personajes secundarios, como el joven barman malicioso interpretado por Jean Carmé.

Muestra perfecta del género policíaco, Mélodie en sous-sol (Gran jugada en la Costa Azul) ofrece al espectador veinte minutos de extraordinario suspense al final de la película. Con este argumento, mantendremos en vilo al público del Cinéma de la plage, instalado bajo las estrellas.

El director de Escale au Soleil, presentado en Competición durante el segundo Festival de Cannes en 1947, de 100 000 Dollars au soleil (Cien mil dólares al sol), 1964, y de Week-end à Zuydcoote (Fin de semana en Dunkerque), 1964, realiza la adaptación del libro de John Trinian, una novela policíaca insuperable.