Los políticos deben saber transmitir una realidad que es compleja, incierta y multicultural

Internacional

Las diatribas contra la multiculturalidad, que ensalzan la xenofobia y la discriminación, son discursos del pasado que algunos políticos usan para ganar un electorado frustrado, perdido y confuso. Pero no nos pueden cerrar los ojos: la realidad es multicultural como la vida misma, asegura el alto Representante para la Alianza de Civilizaciones.

Antiguo enviado de la Unión Europea para el proceso árabe-israelí y ex Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, el diplomático español Miguel Ángel Moratinos es el nuevo encargado de tender puentes y promover el diálogo entre distintas culturas.

“Decía Malraux que el siglo XX sería cultural o no sería y yo diría que el siglo XXI el mundo será multicultural o no será”, asegura en una entrevista con Noticias ONU.

Esa experiencia y comprensión del multiculturalismo es lo que ha llevado al Secretario General, António Guterres, a nombrarlo Alto Representante para la Alianza de las Civilizaciones de las Naciones Unidas, una plataforma lanzada en el año 2004 por el entonces responsable de la Organización, Kofi Annan, y copatrocinada por los Gobiernos de España y Turquía.

“Es verdad que muchos de los enfrentamientos actuales, ya sean a mayor nivel con enfrentamientos armados, o a menor nivel con choques, disputas o comportamientos específicos de actos terroristas o actitudes de muchas comunidades contra las otras, reflejan lo que es la falta de entendimiento y la falta de comprensión de lo que es el mundo multicultural”, explica.

La mujer es un elemento esencial para precisamente facilitar el diálogo y entenderse mejor entre distintas comunidades y culturas.

La Alianza, en la que participan Estados, organizaciones internacionales y regionales, grupos de la sociedad civil, fundaciones y el sector privado, tiene por objetivo tender puentes entre las distintas culturas, o como señala en su declaración fundacional: “trabajar por un mundo más pacífico y más socialmente inclusivo mediante la construcción del respeto entre los pueblos de diferentes culturas e identidades religiosas”.

Esa misma declaración resalta que la mayoría de la población del planeta rechaza el extremismo y acepta la diversidad.

Multiculturalismo positivo y negativo

Por tanto, “nos tenemos que acostumbrar a esta multiculturalidad” declara Moratinos. Otra cuestión es que la diversidad sea positiva o negativa: “es positiva y aporta un plus si nos conocemos y cada uno aprendemos del otro; o puede ser muy negativa si lo que hacemos es refugiarnos en nosotros mismos, nos excluimos de un entorno enriquecedor y llegamos al enfrentamiento y al rechazo del otro”.

Moratinos llega a esta plataforma con la prioridad de “obtener resultados prácticos” para que la Alianza no se quede solo en “una gran iniciativa política”.

“Cuando el Secretario General me otorgó su confianza para desempeñar esta misión, compartimos visión y estrategia, y me indicó cuál era su manera de afrontar estos problemas y, por tanto, me encargó revitalizar la iniciativa en el sentido de aportar soluciones sobre las raíces de los problemas”, explica.

Convencido de que la idea es ahora más necesaria que cuando se creó hace quince años, pues “se ha demostrado que la tensión entre distintas comunidades, religiones, civilizaciones es todavía mayor”, Moratinos quiere, en primer lugar, “identificar aquellos proyectos que han funcionado y funcionan bien y proyectarse al futuro”.

Nuevas ideas

Moratinos llega con nuevas ideas. Por ejemplo, quiere incluir a las mujeres en la Alianza, donde había ya cuatro áreas bien definidas educación, juventud, migración y medios de comunicación.

“Yo quiero añadir el papel de las mujeres. La mujer es un elemento esencial para precisamente facilitar el diálogo y entenderse mejor entre distintas comunidades y culturas”, afirma.

Además, quiere proponer la creación de un equipo preparado, entrenado y capacitado para entender situaciones tensas como las que se produjeron con la llegada masiva de refugiados a Alemania años atrás.

Los Ayuntamientos  se enfrentan a comunidades guetoizadas, que están excluidas, enfrentadas, frustradas.

“Si la Alianza hubiese tenido ese equipo -comenta- hubiese podido ofrecer a las autoridades alemanas gente que entendiese de qué tipo de religión o creencia cultural eran (los refugiados) o por qué unos tenían un tipo de comportamiento y otros, otro. Cuáles eran las esencias de cada comunidad (…) y hubiese ayudado para que en ese momento de tensión se hubieran buscado soluciones mejores, diciendo que Alemania actuó muy bien y que las autoridades alemanas hicieron un trabajo extraordinario”.

También quiere trabajar con un “mecanismo de reacción rápida” en materia de noticias, que ya ha demostrado su eficacia, como cuando surgió la crisis entre el Gobierno de Dinamarca y la comunidad islámica a cuenta de unas caricaturas de Mahoma.

“Ahí la Alianza a través de los medios de comunicación, a través de un equipo de expertos que la Alianza tenía, de periodistas, de gente con conocimiento y capacidad de tratar las noticias, pudo intervenir para bajar la tensión, reducir el enfrentamiento y encontrar un lenguaje que pudiese dar respuesta a las dos tesis que se enfrentaban en aquel momento”, recuerda.

Trabajar con los más afectados

Moratinos cree que esta iniciativa  debe estar más cerca de quienes sufren las negativas consecuencias de la falta de diálogo: los Ayuntamientos.

“Son ellos los que día a día se enfrentan a comunidades guetoizadas, que están excluidas, enfrentadas, frustradas, no salen de su pequeño mundo y se refugian en sí mismas, reforzando el rechazo hacia los otros”.

Por eso cree que los entes municipales tienen que gozar de unas guías que indiquen como se debe usarse el espíritu de la Alianza para que barrios conflictivos en distintas periferias de las capitales europeas no se vean enfrentados a situaciones tremendamente radicales y conflictivas como nos encontramos hoy día.

Discursos del pasado

Moratinos tiene un mensaje para los políticos que utilizan un discurso que, a veces, produce el rechazo hacia lo desconocido o contra el multiculturalismo.

“Son discursos del pasado, que se refugian en ese discurso para ganar a un electorado frustrado, un electorado perdido, un electorado confuso. Pero si somos serios y conocemos la realidad y somos objetivos en el análisis de la complejidad de esa realidad, no nos podemos quedar con los ojos cerrados. La realidad es multicultural como es la vida, como es la anatomía, como es la biología. Las células no son todas iguales, sino que interactúan entre ellas y enriquecen en la combinación. Por lo tanto, tendremos que comprender que en este mundo cada más unido, más integrado, más interrelacionado, tendremos que vivir juntos y cuanto antes lo aprendamos, antes lo comportamos, mejor”.

Para el alto representante, la responsabilidad de los políticos es, pese a esos discursos del pasado, trasladar a la población la realidad, “una realidad que es compleja, incierta, multicultural”, y enfrentarse a ella con mecanismos como la Alianza de Civilizaciones.