Los olvidados de Luis Buñuel cultiva el recuerdo de los indigentes de Ciudad de México

Cultura

Cineasta y especialista en Luis Buñuel, Javier Espada nos habla de Los olvidados, obra influyente y polémica en su estreno al mostrar una imagen descarnada de la miseria de determinadas zonas de México en los años cincuenta. Entrevista sobre esta película restaurada, presentada en Cannes Classics con motivo del homenaje a Luis Buñuel.

¿Qué quería transmitir Buñuel a través de esta película que retrata la pobreza extrema de determinados barrios de Ciudad de México?   

Con Los olvidados, Buñuel logra crear una obra única que va más allá del neorrealismo, enfrentando al espectador a una realidad incómoda, la de unos adolescentes pobres en un mundo que los margina y los condena. Quizá sin proponérselo, Buñuel volvió a revolucionar el concepto del cine, tal como había hecho con sus tres primeras películas, creando un nuevo tipo de cine, un cine comprometido con los hechos que narra, que denuncia, el origen del llamado «Tercer Cine», consecuente con su visión de que el cine puede convencer al espectador de que no vivimos en el mejor de los mundos posibles. Además, la pantalla es el lugar idóneo para reflejar las pulsiones del inconsciente y del mundo de los sueños. En ese sentido, Los olvidados es, sin duda, una obra maestra. Estoy seguro de que Los olvidados no es solo una película para el gran público, sino también una obra para los creadores, para los directores de cine actuales, pues Buñuel amplía el lenguaje cinematográfico al dotarlo de una poética brutal, sin duda impregnada de sus vivencias personales, incluyendo su paso por el movimiento surrealista. Buñuel es capaz de integrar en sus películas sus vivencias personales. Pero también se trata de una lección de humildad, la de un director que, con pocos recursos, logra darle la fuerza y la profundidad que requiere la historia, documentándose y preparando con mucho trabajo el guion para poder filmar la película en 21 días.
Buñuel rodó varias películas en México, ¿por qué decidió rodar Los olvidados allí y no en España?   

La guerra civil española llevó a muchos intelectuales, artistas y creadores al exilio, Luis Buñuel entre ellos. Tras su paso estéril por Estados Unidos, Buñuel llegó a México, el país que abrió sus puertas a los republicanos españoles, con gran generosidad, durante la guerra civil española. Buñuel pudo integrarse en la industria de ese país, que en ese momento vivía el esplendor de su «Época de Oro». De hecho, Buñuel filmó la mayor parte de sus películas en México. Algunas las consideraba él mismo «cine alimenticio», pero otras, como Los olvidados, Nazarín, Él, Simón del desierto o El ángel exterminador, son reconocidas obras maestras. Hasta 1960, Buñuel no pudo regresar a España. Filmó entonces Viridiana, y provocó otro escándalo al obtener la Palme d’or.
¿Cómo explica que esta película haya generado tanta polémica?  

La polémica ha acompañado al cine de Buñuel desde la imagen de la navaja seccionando un ojo con la que se abre su cine: La edad de oro estuvo prohibida en Francia durante muchos años; Tierra sin pan estuvo prohibida en España, y solo la pudo terminar durante la guerra española; Los olvidados fue duramente criticada en México; Viridiana fue atacada por el Vaticano y prohibida en la España fascista… Mucha gente no concebía que se le mostrara en pantalla lo feo, lo cruel, todo lo que le incomodaba, como el huevo que nos lanza el protagonista. Las imágenes que muestra de Ciudad de México no son complacientes, todo lo contrario. Sin embargo, es una película hecha con ternura por un hombre que lee en un periódico que ha aparecido el cadáver de un adolescente en un vertedero de basura. La noticia no le deja indiferente. Comienza a investigar, a tomar fotos y a documentarse para crear una película única que, partiendo de la realidad, construye una historia que contiene referencias diversas, desde la novela picaresca española hasta la obra más personal de Goya. Debido a todas las presiones que sufrió durante el rodaje, Buñuel llegó a filmar un segundo final, un final feliz, que constituye toda una lección de cine, pues al traicionar la narración anterior, en menos de dos minutos, la película pierde su valor. Por suerte, no todo fueron críticas, también tuvo el apoyo de destacados intelectuales, como el escritor Octavio Paz, que apoyó la proyección en Cannes con un texto de gran profundidad, y que él mismo entregaba a los espectadores en la entrada de la sala. El triunfo en Cannes de Los olvidados fue muy importante para que Buñuel pudiera regresar a Europa, para poder reencontrarse con viejos amigos y para que se supiera que no había desaparecido. Al contrario, estaba vivo y presentaba una película que daría mucho que hablar una vez más.