Los migrantes desempeñan un papel fundamental en el sector de la atención sanitaria

Internacional

A nivel global, los migrantes desempeñan un papel cada vez más importante en el campo de la atención sanitaria. Se prevé que, a medida que siga creciendo la población mundial de personas de edad avanzada y de niños, crecerá el número de médicos, enfermeros y otros profesionales de la medicina que se trasladan de países en desarrollo a naciones desarrolladas.

Son las tres de la tarde en el Hogar Lunalilo, un centro residencial y de atención diurna para personas de edad avanzada que se encuentra al pie de un volcán inactivo en las afueras de Honolulu, la capital del estado estadounidense de Hawai. Novena Sánchez, originaria de Filipinas, se ocupa de cuidar la kupuna, un término hawaiano usado para las personas mayores que esta tarde se reúnen en una sala donde compartirán una tarde de actividades.

Sánchez llegó a los Estados Unidos hace unos 22 años después de formarse como enfermera en Filipinas. Durante una pausa en su trabajo, dijo a Noticias ONU que siempre le atrajo su profesión. «Durante mi niñez, cada vez que iba a un hospital o a un centro de salud, admiraba a las enfermeras que trabajaban allí».

De las Filipinas a los Estados Unidos

Recuerda su etapa de crecimiento en las Filipinas como «un camino arduo» y que tuvo «suerte» de llegar a los Estados Unidos para vivir y trabajar junto a su marido que se había alistado en la marina estadounidense. Sanchez ha trabajado durante varios años en Lunalilo, una residencia que se fundó en 1883 tras el legado del Alto Jefe William Lunalilo, un antiguo rey de las islas hawaianas.

Al igual que muchos migrantes, Sánchez aporta aptitudes y experiencia útiles a su país de adopción, pero, al mismo tiempo, admite el sacrificio que supone el hecho de estar lejos de sus padres. Su caso es el habitual en muchos migrantes que envían dinero a su familia en Filipinas, al tiempo que es consciente de sus «responsabilidades» hacia sus cuatro hijos nacidos en los Estados Unidos.

Sin embargo, ella no es la única empleada migrante en Lunalilo, ya que comparte sus tareas con colegas de lugares tan lejanos como Uganda, Tonga y Ecuador.

Por su parte, la directora general de Hogar Lunalilo, Diane Paloma, es una descendiente de cuarta generación de migrantes japoneses. Sus antepasados decidieron venir a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar de Hawai.

«Los migrantes siempre han desempeñado un papel fundamental en Hawai y siguen haciéndolo, especialmente en el sector de la atención sanitaria», nos dijo en su oficina con vistas al verde césped tropical y a un pequeño jardín junto a la cocina de Lunalilo.

Nos comenta que «la diversidad en la mano de obra es buena» ya que «no queremos tener un solo tipo de cuidador en concreto, así que agradecemos la diversidad y, a nivel personal, me encantan las diferentes tradiciones culturales que traen a Lunalilo, especialmente las culinarias».

Aloha: más que una palabra

En la vida cotidiana de este archipiélago de islas del pacífico y sus comunidades multiculturales se vislumbra un claro reflejo de la cultura indígena a través de la palabra Aloha, que significa «hola», pero que también tiene un sentido cultural y espiritual más profundo que abarca el amor, el afecto, la paz, la compasión y la misericordia.

Paloma admite que los trabajadores migrantes a menudo llegan con «distintos valores filosóficos». Por ello, indica que su reto es enseñar el significado amplio de la palabra aloha y la misericordia que comporta a alguien que viene de otro país. Llegar a comprenderlo toma un poco más de tiempo que a alguien que entiende innatamente el aloha y el cuidado de las personas mayores o Kupuna, «por lo que emplear a un migrante puede conllevar riesgos».

Salud y bienestar

La migración de trabajadores sanitarios y otros empleados cualificados de los países en desarrollo a los países desarrollados no es un fenómeno nuevo, pero la Organización Mundial de la Salud dice que va en aumento. En el último decenio se registró un crecimiento del 60% de médicos y enfermeros migrantes que trabajan en los países más ricos del mundo.

Y si bien puede considerarse una buena noticia para la atención sanitaria en los países desarrollados, para los países más pobres suele representar la pérdida de trabajadores cualificados, ya sea de modo permanente o semipermanente.

Al mismo tiempo, la fuga de trabajadores cualificados en esos países puede dificultar el alcance de la meta que busca proporcionar la cobertura sanitaria universal para el año 2030, una finalidad clave del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 3 de las Naciones Unidas.

Trabajo decente

Según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2015 unos 2100 millones de personas precisaban servicios de atención sanitaria y se prevé que esta cifra, impulsada por otros 200 millones de personas de edad avanzada y niños, alcance los 2300 millones para el año 2030.

Lo advertía el director de la oficina de la Organización en los Estados Unidos, Kevin Cassidy, durante una intervención en Hawai al señalar que » los grandes cambios en materia de políticas deberían ocuparse de las creciente necesidades en la prestación de cuidados», y añadió que «invertir en el sector de los servicios asistenciales debería ser un objetivo específico de las políticas de empleo, macroeconómicas, sectoriales, de migración laboral interna e internacional y de protección social», que conduzcan a «resultados de trabajo decente para los trabajadores migrantes y nacionales».

De vuelta a Hogar Lunalilo, Novena muestra a un joven empleado hawaiano la mejor técnica para ayudar a las personas mayores a mantener la respiración con la ayuda de un tanque de oxígeno. «Estoy orgullosa y segura de lo que hago y siempre estoy dispuesta a ayudar a mis colegas». Estos comprenden que sus consejos son el resultado de muchos años de experiencia.

En estos momentos, es poco probable que Novena traslade estas habilidades de vuelta a Filipinas, consciente de que sólo podrá regresar a su país de origen cuando finalmente se jubile.