Los inquebrantables testigos de la vida en pareja siempre serán las Recámaras

Cultura

Cuatro parejas de diferentes generaciones viajarán del deterioro a la reconstrucción durante una hilarante noche de celebraciones en Recámaras, divertida, enredada y alocada comedia de Alan Ayckbourn que se presenta en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky los jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00.
El montaje que continuará funciones hasta el 24 de febrero cuenta con la dirección y traducción de Otto Minera, la producción de David Villegas y Cuauhtémoc Duque, mientras que el diseño de escenografía e iluminación es de Jorge Kuri, el de vestuario de Tolita y María Figueroa y el de maquillaje y peinado de Aketzali Reséndiz y Guadalupe Alonso (Make Up REAL).
Otto Minera indicó que para escribir esta farsa, Ayckbourn echó mano del arte dramático que maneja al dedillo, por el cual es uno de los dramaturgos más sólidos del momento. Ahora, hay que escudriñar, identificar y develar el armado de la estructura que forjó, escena a escena, línea a línea. Ahí está conjurado un mundo lanzado al caos bajo reglas implacables.
Estas palabras hicieron eco en las acciones de los asistentes a una de las funciones, quienes entre risas, miradas y algunas señas, reconocían las semejanzas que existían entre el montaje y sus relaciones.
Ejemplo de ello fue Sabina Cobos, quien compartió que el espectador “se puede identificar en alguno de los casos y eso es importante. El tema es muy actual y a la vez muy viejo, lo ves en la obra. Yo me reflejé en una de las historias en particular. Me gustó y sí, la recomiendo”.
Otro de los espectadores, Salvador Acosta, compartió que la obra le resultó divertida. “El tema es interesante, es aprender un poco de él, pero con algo de risas. Me parece muy divertida porque las parejas dicen mucho cuando están en sus recámaras”.
De igual manera, Lilia Dorantes recomendó la obra e indicó que le resultó muy entretenida. “Tiene mucho contenido, creo que hay que analizarla para sentirla, tiene varios matices porque la actitud de las jóvenes parejas frente a los adultos es muy diferente. Los jóvenes tienen mucho que contar y que vivir. No porque sean nuevos en el arte de vivir en pareja, dejan de vivir y sentir los avatares de un matrimonio”.