La titular de la SISEMH dialoga sobre igualdad de género en tiempos de COVID-19 con representantes de Costa Rica y Uruguay

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GUADALAJARA, Jal.-  Con el objetivo de intercambiar experiencias sobre los retos que implica el distanciamiento social y la cuarentena para las mujeres, se llevó a cabo el diálogo “Realidad de Iguales: experiencias y buenas prácticas en atención a mujeres víctimas de violencia en tiempos de COVID-19”.Debido a que la realidad del contexto en el que están viviendo las mujeres ha cambiado, es fundamental identificar aquellos factores que dificultan su día a día o que incluso ponen en peligro su vida: desde las dobles jornadas y el aumento significativo de tareas domésticas, hasta la exposición aumentada a la violencia física, psicológica y económica. Por esta razón, se buscó dialogar con representantes de instituciones defensoras de los derechos de las mujeres en otros dos países de Latinoamérica como Uruguay y Costa Rica.

Patricia Mora, Presidenta de la Junta Directiva del Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) de Costa Rica, habló sobre cómo la contingencia no ha hecho más que profundizar “desigualdades persistentes y preexistentes a la pandemia, incluida la de género”. Además, aclaró que en Costa Rica se cuenta con una declaratoria de emergencia desde agosto de 2018, que implica que los servicios de atención por razones de violencia de género son considerados esenciales.

Por esto, las siete sedes en las que se proporciona atención a las mujeres han estado trabajando en todo momento, con profesionales en leyes, psicología y trabajo social. La diferencia ha sido que el tamaño de los equipos se ha disminuido con el fin de evitar riesgos de contagio. Patricia agregó, además, que han puesto en marcha campañas de comunicación con el fin de concientizar a las mujeres acerca de la carga física y emocional que implica que estén viviendo en un contexto de violencia, con el objetivo de invitarlas a buscar ayuda.

Solana Quesada, Asesora para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo, añadió que uno de los principales retos a los que se han enfrentado en su ciudad está en el hecho de que la gran mayoría de las consultas que se han recibido se dan vía telefónica o por redes sociales. También, agregó que un desafío importante estuvo en que el equipo de trabajo se adaptara al “teletrabajo”, con todo lo que implica el tema de los cuidados y la corresponsabilidad en la vida doméstica.

Por otro lado, la titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre mujeres y hombres (SISEMH) Fela Pelayo, hizo notar que una de las dificultades importantes a las que se enfrentan los equipos que atienden a mujeres víctimas de violencia en estos tiempos, se encuentran también en los detalles, como el uso de cubrebocas, que interfiere en el reconocimiento de los gestos de las víctimas, o incluso en el hecho de que se tenga que tomar distancia, lo que implica también un distanciamiento psicológico al no poder ni siquiera estrechar la mano de la persona a la que se está atendiendo.

De la misma manera, la titular de la SISEMH resaltó algunas de las formas en las que se ha enfrentado este reto en Jalisco y que implica el distanciamiento social para las mujeres, como la firma de convenios de colaboración con el sector privado con el fin de que “el tema de los refugios no fuera un impedimento” para que las mujeres puedan irse de sus casas, con hijas e hijos, en caso de sentirse en peligro. Asimismo, agregó, se habilitaron líneas telefónicas de contención emocional para hombres generadores de violencia, con el objetivo de disminuir el peligro de las mujeres que están viviendo con sus agresores.

Los apoyos económicos también han sido un tema fundamental para impulsar la autonomía de las mujeres en esta pandemia, por lo que se ha otorgado apoyos para el auto-empleo, mismos que en su mayoría han recibido mujeres.

Además agregó que desde la SISEMH, se buscó tener alternativas desde el inicio de la cuarentena, de tal manera que existieran distintos medios por los cuales tanto mujeres como hombres contaran con un servicio de contención emocional que les ayudara en situaciones de crisis, así como el “Código Violeta”, proyecto puesto en marcha para que las mujeres pudieran acceder con mayor eficacia a los servicios de emergencia 911 en caso de encontrarse en peligro por una situación de violencia en casa.