jueves, abril 18, 2024

La Tallera abre segunda fase de la exposición colectiva Yo era muy bueno tirando piedras

Cultura

A modo de laboratorio de experimentación documental y artística, La Tallera abre la segunda fase de la exposición Yo era muy bueno tirando piedras, la cual reúne obra de 15 creadores, así como piezas del acervo plástico y documental de Proyecto Siqueiros. La propuesta explora el papel del cuerpo humano en la creación del espacio social, mediante un ejercicio curatorial que suma documentos, trabajos y procesos artísticos a la primera etapa de este proyecto, que tuvo lugar de marzo de 2020 a agosto de 2021.

La sala principal de La Tallera, sede de Proyecto Siqueiros en Cuernavaca, Morelos, y recinto de la Red de Museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, alberga el espacio museográfico donde se presentó la primera fase y en la cual estará la segunda a partir del 1 de octubre, como parte de la campaña #VolverAVerte.

En rueda de prensa virtual, el curador de La Tallera y de esta fase expositiva, Silverio Orduña, comentó: “Estamos interesadas e interesados en desarrollar conversaciones entre el acervo plástico y el acervo documental del Centro de Investigación y Documentación Siqueiros con prácticas contemporáneas. Esta curaduría parte de algunas obras de estos acervos. El concepto base es el ‘espectador dinámico’, que fue una idea que David Alfaro Siqueiros desarrolló a lo largo de su práctica artística pensando en que sus murales y su concepto de arte público, no tenían que ser solamente contemplativos, es decir, la lectura de los murales no solamente tenía que suceder con la mirada, sino más bien Siqueiros trataba de estimular el movimiento de los cuerpos para producir narrativas en movimiento”.

Agregó que en esta exposición participa un grupo de artistas que trabajan pensando en el cuerpo y en cómo el cuerpo produce espacio. Las obras que componen la exposición están en interacción con los 11 paneles de la maqueta del mural La marcha de la humanidad, producido por Siqueiros, incluidos en la muestra.

Por su parte, el director de Proyecto Siqueiros: Sala de Arte Público – La Tallera, Willy Kautz,  comentó que se está llevando a cabo una nueva dinámica de curadurías y exposiciones colaborativas, en las cuales un mismo proyecto expositivo puede tener distintas etapas con un mismo título y diversas versiones. Destacó que lo que se está haciendo a partir de estos procedimientos curatoriales es realizar revisiones de los conceptos clave en la obra de David Alfaro Siqueiros. “En esta segunda etapa, Silverio Orduña decidió enfocarse en cómo Siqueiros había conceptualizado el movimiento, el dinamismo y el espectador como una suerte de entidad performática que construye las narrativas de las obras”.

Asimismo, destacó que lo central en la reflexión del maestro Siqueiros y lo central en la vocación institucional del Proyecto Siqueiros es esa reflexión sobre la construcción de lo público: “Nuestros programas también giran en torno a esta pregunta. Cuando pensamos en la configuración de las exposiciones, pensamos no sólo en la distribución de obras, sino que trazamos un guion para un tránsito, para una coreografía creada por los espectadores. Ese es un concepto que Siqueiros tenía muy claro en su programa, como una manera de constituir lo público”.

Por último, compartió que esa ha sido una estrategia de trabajo para el equipo curatorial del Proyecto Siqueiros: revisar los conceptos de Siqueiros y pensar en su vigencia para trazar diálogos a partir de nuestros programas.

Dibujos, esculturas, fotografías, videos, performance e instalación

En Yo era muy bueno tirando piedras 2 participan: Anaïs Bouts, Blanca González, Claudia Luna, David Alfaro Siqueiros, Evoé Sotelo, Guillermina Bravo, Jair Romero, Jesús Leos Rodarte, Josep Renau, Mónica Mayer, Naohmi Domínguez, Pamela Zeferino, Raúl Aguilar, Saulo Blanco García, Sofía Valto y Sonia Madrigal. El cuerpo de obra de esta exposición reúne dibujos, esculturas, fotografías, videos, performance e instalación, entre otros.

La museografía es una réplica de las plantas arquitectónicas de la residencia que Angélica Arenal y David Alfaro Siqueiros habitaron en Cuernavaca; se hizo para alojar la exposición colectiva Fin del futuro, abierta al público de noviembre de 2019 a marzo de 2020.

En esta área se han superpuesto capas de ideas y materialidades sobre el carácter público del arte desde el siglo XX, que actualizan el legado modernista de Siqueiros desde una perspectiva crítica, señaló Silverio Orduña. “La exhibición es significativa porque hace reverberar la historia depositada en los muros de este inmueble y expande los ecos de la obra y los experimentos corporales de Siqueiros que antecedieron al performance y a las prácticas artísticas dedicadas a pensar acerca del movimiento de las corporalidades”.

De Blanca González se muestran dibujos y esculturas que cuestionan la modificación del paisaje debido a la construcción de carreteras. De Claudia Luna se presentan piezas que recuperan formas y volúmenes comunes en el escenario urbano. En tanto, de Pamela Zeferino se incluyen trabajos acerca de la explotación minera y su impacto en el cuerpo de los trabajadores y en la estructura de las montañas.

La selección incorpora textos coreográficos de Evoé Sotelo para ser leídos por las y los visitantes mediante su propio cuerpo. De Guillermina Bravo, reconocida artista de la danza, está el registro videográfico de Epicentro, el cual produjo en 1977 para hablar sobre cómo se crea el espacio de forma abstracta y geométrica en una composición coreográfica. De la misma década, las fotografías incluidas de Raúl Aguilar provienen de una función del Ballet Nacional de México, dirigido por Guillermina Bravo.

Jair Romero participa con pinturas, dibujos y esculturas por medio de las cuales critica la perspectiva de la heteronorma y propone el despliegue de corporalidades queer y “transfluidas”. Mónica Mayer está presente con dibujos elaborados durante la contingencia sanitaria en 2020, cuya finalidad es interactuar con el exterior después de haberse producido en el encierro. En tanto, la serie fotográfica de Naohmi Domínguez muestra formas de sentarse, influenciadas por la vigilancia y la disciplina social aplicadas sobre el cuerpo de las mujeres. A su vez, estragos de la violencia sobre el cuerpo de éstas son ejemplificados en video por Sofía Valto.

De Saulo Blanco habrá videos, fotografías y cajas de luz acerca de dinámicas que tienen lugar al transitar las periferias urbanas del norte de la Ciudad de México. Por su parte, la serie fotográfica de Sonia Madrigal registra maneras en las que los habitantes de las zonas periféricas de la ciudad construyen el espacio público mediante sus cuerpos.

En Yo era muy bueno tirando piedras 2 hay materiales del acervo plástico y documental de Proyecto Siqueiros: del primero se incluyen reproducciones de diagramas elaborados por Josep Renau, que registran el pensamiento de Siqueiros en torno al espectador dinámico, plasmado en el mural Retrato de la burguesía, ubicado en el edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas; también están 11 paneles para la maqueta del Polyforum pintados por el muralista mexicano.

El domingo 3 de octubre, la artista Anaïs Bouts llevará a cabo el performance HACER / DESHACER, en colaboración con Antonio Guerra; consistirá en movimientos corporales que escenifican documentos del acervo de Proyecto Siqueiros. De las 11:00 a las 14:00 horas, quienes visiten La Tallera podrán presenciar esta acción performática en el espacio expositivo conocido como La oficina, al que sólo podrán ingresar cuatro personas de manera simultánea con el fin de respetar la sana distancia entre ellas.

Ese mismo mes, Jesús Leos Rodarte realizará un performance, también en La Tallera, que recuperará movimientos de cantantes pop desplegados en sus conciertos.

Habrá un estricto apego a las medidas de protección para resguardar la salud del público y trabajadores, las cuales consisten en la instalación de un filtro con tapete desinfectante, aplicación de gel antibacterial, revisión de la temperatura que no rebase los 37.5ºC, uso obligatorio de cubreboca y respeto a la sana distancia.