La pandemia del coronavirus no frena a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU

Internacional

El personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, al igual que las comunidades alrededor del mundo, se está adaptando a los desafíos que plantea la pandemia del COVID-19. Pese a la gravedad de la situación, los contingentes de la ONU continúan realizando sus tareas de paz y seguridad.

«Las operaciones de mantenimiento de la paz deben continuar con su trabajo esencial y mantener la capacidad operativa, de modo que podamos cumplir con nuestros mandatos de salvar vidas, promover la resolución de conflictos y ayudar a proteger a las poblaciones a las que servimos, así como a nuestro personal de las Naciones Unidas», destacó el secretario general adjunto del Departamento de Operaciones de Paz, Jean-Pierre Lacroix.

Al igual que el Secretario General, quien recientemente pidió un alto el fuego mundial inmediato de todos los conflictos, las operaciones de mantenimiento de la paz de la Organización instan a las partes en conflicto a «silenciar las armas», facilitar el acceso humanitario y dedicar sus esfuerzos a la prevención y mitigación de la diseminación del COVID-19.

Para evitar la propagación del COVID-19 entre el personal de mantenimiento de la paz y no convertirse en una fuente de contagio, las fuerzas de la ONU han puesto en marcha una serie de medidas de contingencia.

Estas incluyen trabajar en estrecha colaboración con las autoridades nacionales y aplicar para todo el personal las normas y procedimientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«En cooperación con las autoridades de los países anfitriones, hemos añadido rápidamente medidas de precaución adicionales sobre el terreno como las cuarentenas y el confinamiento del personal«, destaca Lacroix.

Impedir la diseminación del virus

El pasado 27 de marzo, el Secretario General informó a los Estados miembros de que las Naciones Unidas trabajan con los países que aportan efectivos de paz a gestionar las rotaciones y evitar la propagación del virus.

«Trasladar tropas dentro y fuera de los países durante una pandemia de alcance mundial es extremadamente difícil y hemos pospuesto las rotaciones. Se están elaborando criterios para determinar cuándo pueden tener lugar estas rotaciones en las actuales circunstancias, y mantenemos un estrecho diálogo, tanto con los países anfitriones como con los que aportan contingentes y policía, para solventar las dificultades que existen hoy en día», dijo el Secretario General.

Dentro de sus limitados recursos, las misiones de mantenimiento de la paz hacen todo lo posible para apoyar a las autoridades nacionales en sus esfuerzos por combatir el virus.

«Nuestras misiones también trabajan codo a codo con las autoridades nacionales para apoyar su respuesta. Prestamos un apoyo polivalente: utilizamos nuestras competencias tecnológicas para facilitar las comunicaciones a distancia, ayudamos a garantizar el funcionamiento de las principales cadenas de suministro y, a través de la radio local, las plataformas digitales y las patrullas de nuestro personal, ayudamos a concienciar a las comunidades sobre el coronavirus», añadió Lacroix.

Por ejemplo, y como parte del apoyo a las autoridades locales en Darfur del Norte, la Misión Conjunta de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) entregó equipos y material, entre ellos generadores, para controlar la propagación de COVID-19.

A principios de esta semana, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL) donó mascarillas quirúrgicas, guantes y equipos de protección al municipio de Naqoura, que alberga la sede de la Misión de las Naciones Unidas en el sur de ese país.

Servir y proteger

Al mismo tiempo, las operaciones de mantenimiento de paz continúan cumpliendo sus mandatos y protegen y ayudan a las personas que están bajo su protección.

El personal que trabaja en la Misión de las Naciones Unidas en Mali (MINUSMA) proporcionó apoyo logístico y operacional de vital importancia para preparar las elecciones legislativas del pasado domingo en el país africano, y protegió los colegios electorales el día de los comicios.

En la República Democrática del Congo, los cascos azules colaboraron esta semana en la liberación de 38 civiles, entre ellos mujeres y niños, que fueron secuestrados por un grupo armado en el este del país, ayudando al ejército nacional a repeler un ataque.

Lacroix indicó que los actuales esfuerzos para mantener la paz demuestran que la lucha contra la pandemia de coronavirus requiere unidad y actuación conjunta.

«Todo el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas que actualmente está desplegado merece nuestra gratitud y apoyo; las mujeres y hombres siguen sirviendo bajo la bandera azul (de la ONU) en la defensa de la paz y en condiciones aún más difíciles debido al COVID-19″, dijo.

Las trece operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU repartidas en todo el mundo cuentan con más de 95.000 efectivos, entre militares, policías y civiles