La OSEM cerrará su temporada 140 con una obra compuesta a partir de las Guerras Mundiales

Cultura

La Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) concluirá su temporada 140 el próximo sábado 8 de junio, a las 19:00, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Interpretará Requiém de guerra op. 66 de Benjamin Britten, “una obra gigantesca porque así de enorme es su mensaje y su intención”, mencionó Rodrigo Macías, director de la agrupación.
Para esta presentación, la OSEM estará acompañada por los coros Polifónico del Estado de México y el de Niños y Jóvenes de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirigidos por Manuel Flores y Patricia Morales, respectivamente.
Rodrigo Macías explicó que se trata de una de las piezas más grandes que se hayan compuesto en el siglo pasado. “Réquiem de guerra, de Benjamin Britten, nos dio un mensaje de paz y de comunión entre los seres humanos, luego de haber padecido los efectos devastadores de dos contiendas mundiales”.
En estos momentos —agregó Macías—, en todo el mundo, la violencia ha alcanzado niveles altos y nuestro deber como músicos es llevar lo mejor de la cultura a nuestros conciudadanos; la idea es ofrecer un mensaje de esperanza con esta obra que dibuja a la guerra como un recurso absurdo.
Réquiem de guerra cuenta con los textos originales en latín de la misa de difuntos, pero, además, Britten incluyó fragmentos de obras del poeta y soldado Wilfred Owen, que en sus letras plasma de forma “cruda” los horrores de la Primera Guerra Mundial. “Es una pieza sumamente lúgubre, pero su mensaje es consolador”, dijo el director de la OSEM.
Para el estreno, en 1962, se esperaba que los cantantes solistas fueran de distintas nacionalidades, principalmente de aquellas que se vieron involucradas en la Segunda Guerra Mundial, es decir, se buscó contar con intérpretes alemanes, británicos y rusos, como símbolo de una nueva unión y era de paz. Desafortunadamente, el gobierno ruso impidió la participación de los exponentes de su país.
El director de la OSEM explicó que Réquiem de guerra op. 66 requiere de una dotación instrumental enorme, además de las cualidades técnicas y versátiles de los coros y solistas. La pieza se compuso para la reconsagración de una catedral británica que fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, aunque lo más importante es que desde entonces no ha dejado de estar presente en la programación de las orquestas más importantes del mundo.
Ese es el caso de la OSEM, fundada en 1971, que, en palabras de Rodrigo Macías, se ha convertido en una de las orquestas sinfónicas más importantes, no solo del Estado de México, sino de todo el país, luego de un intenso trabajo en los últimos meses. “La agrupación se ha arriesgado a presentar diferentes programas, como la interpretación de las Sinfonías de Gustav Mahler o al atreverse con la ópera”.
Macías también celebró que se ha acentuado la asistencia del público a cada una de sus funciones, lo que los motiva a prepararse para nuevas interpretaciones y programas. “En estos momentos nos hemos propuesto montar proyectos muy ambiciosos para el futuro”, finalizó.