La Orquesta Sinfónica Nacional interpretará obras musicales de 10 películas de Stanley Kubrick

Cultura

La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) ofrecerá este viernes 6 y domingo 8 de marzo dos conciertos como parte de su Programa 5 denominado Kubrick Sinfónico Reloaded, integrado por 10 obras de emblemáticos filmes del director estadounidense Stanley Kubrick, considerado uno de los cineastas más influyentes del siglo XX.Es así como la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y la Coordinación Nacional de Música y Ópera de este Instituto, recuerdan a través de estos recitales a Stanley Kubrick “en cuyo interior habitaba un músico de gran intuición y enorme lucidez”.
Las audiciones se realizarán el viernes 6 y domingo 8 de marzo a las 20:00 y 12:15 horas, respectivamente, en la Sala Principal del máximo recinto cultural del país, bajo la batuta del maestro José Luis Castillo, director invitado de la OSN, la cual ofrece su quinto programa de la primera temporada 2020.
La agrupación musical interpretará: Ojos bien cerrados, Vals No. 2 – Dmitri Shostakovich ; Naranja mecánica –scherzo de la Novena Sinfonía- Ludwig van Beethoven; Barry Lyndon –andante con moto del Trío Op. 100– Franz Schubert; Naranja mecánica –marchas pompa y circunstancia nos. 1 y 4 –Edward Elgar.
Asimismo, la OSN interpretará El resplandor –Lontano– György Ligeti; Ojos bien cerrados –Nubes grises– Franz Liszt; Barry Lyndon –Danza alemana No. 1 –Franz Schubert; Naranja mecánica -marcha de la Música fúnebre para la Reina María– Henry Purcell y 2001: Odisea del espacio –Por el bello Danubio azul– Johann Strauss Jr.
Cabe señalar que José Luis Castillo es uno de los directores y compositores más destacados y activos en el panorama musical actual; es originario de España y radica en México desde hace varios años.
Estudió composición, análisis y dirección de orquesta en Valencia, Salzburgo, Luxemburgo y París, con Manuel Galduf y Alexander Müllenbach, y por esta doble faceta de director y compositor es considerado especialista en el repertorio moderno y contemporáneo, desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.
Ha dirigido el estreno mundial de más de 200 obras, además de las primeras audiciones en América Latina de algunos de los principales compositores de finales del siglo XX. Actualmente es director del Centro de Experimentación y Producción de la Música Contemporánea (Cepromusic) y director musical de la Camerata de las Américas.
En tanto, Juan Arturo Brennan fungirá como narrador en este viaje por el mundo cinematográfico a través de la música.
Brennan es académico y cineasta egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica con especialidades en realización y cinefotografía. En la actualidad imparte cursos de música de cine, lenguaje cinematográfico y cine de autor. También es guionista, productor, realizador y conductor de programas culturales de radio y televisión, además de crítico de música del diario La Jornada y colaborador de otras publicaciones.
Sobre el concierto, el cineasta capitalino señala que se trata de un singular programa y agrega que entre Miedo y deseo (1953), primer largometraje de Kubrick y Ojos bien cerrados, su último filme (1999), Stanley “construyó no sólo una de las filmografías más notables y trascendentes de la historia del séptimo arte, sino que además dejó para la posteridad una larga, compleja y fructífera lección en el arte de elegir y encargar música para sus películas y, sobre todo, en ese difícil oficio que es saber dónde y cómo colocar toda esa música”.
En entrevista, recordó el trabajo musical de Kubrick en 2001: Odisea del espacio (1968), y destacó que gracias a este filme se conoció Así hablaba Zaratustra de Strauss, el Réquiem, Lux aeterna y Atmósferas de Ligeti, y quizá otros tantos escucharon por vez primera el Danubio azul del otro Strauss y Gayaneh de Khachaturian.
Dijo que el resto de la filmografía de Kubrick tiene también una presencia abundante de otras piezas clásicas, a veces en un papel protagónico, otras en un segundo plano: el vals Vida de artista de Strauss en Patrulla infernal (1957); piezas de Purcell, Rossini, Beethoven, Elgar y Rimski-Korsakov en Naranja mecánica (1971), entre otras.
Lamentó que sea complicado obtener las partituras originales para los filmes de Kubrick y, a la vez, que no sea fácil hallar arreglos orquestales de las canciones que complementan y enriquecen su cine. De otro modo, podríamos pasarnos los próximos años organizando alegremente un Concierto Kubrick tras otro.
Enfatizó que es una experiencia disfrutar toda esa riqueza musical por su valor intrínseco, pero también para recordarnos, por si alguien tenía duda, que en el interior de Stanley Kubrick habitaba un músico de gran intuición y de enorme lucidez.