La ONU triplica su llamado para el plan humanitario al coronavirus y lo eleva a 6700 millones de dólares

Internacional

Las Naciones Unidas lanzan una actualización de su plan humanitario de respuesta a la COVID-19 y solicitó a la comunidad internacional de donantes 6700 millones de dólares para proteger millones de vidas y frenar la propagación del coronavirus en algunas de las naciones más vulnerables.

El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, fue el encargado de lanzar el nuevo plan que busca ayudar a 63 países*, aunque hay un grupo adicional de naciones bajo vigilancia, y es el principal vehículo de recaudación de fondos de la comunidad internacional para responder a los problemas humanitarios que causa el virus en los países de ingresos bajos y medios y apoyar sus esfuerzos para combatirlo.

El programa proporciona prioritariamente ayuda y protección a los más vulnerables como las personas de edad, las personas con discapacidad y las mujeres y niñas, ya que las pandemias tienden a agravar los niveles existentes de discriminación, desigualdad y violencia de género. También incluye programas de respuesta al aumento de la inseguridad alimentaria.

El plan combina los llamamientos de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos humanitarios de las Naciones Unidas.

«Algunas personas pueden mostrarse escépticas sobre la posibilidad de que se generen recursos adicionales de esa magnitud en las circunstancias actuales. Esa no es nuestra experiencia. Tras la crisis financiera de 2008-2009, la recaudación de fondos para los llamamientos humanitarios coordinados por las Naciones Unidas aumentó en más del 40% en 2010. Eso fue el resultado de la generosidad y la empatía humanas, pero también fue un cálculo de interés nacional en los países donantes. Por lo tanto, insto a los donantes a que actúen hoy con empatía y en su propio interés», explicó Lowcock.

La protección no es tan cara como parece

El análisis realizado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU destaca que el costo de proteger de los peores impactos al 10% de las personas más vulnerables del mundo es de aproximadamente 90.000 millones de dólares, o el equivalente al 1% del actual paquete de incentivos establecido por los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos  y del G-20.

Se calcula que dos tercios de esos costos podrían ser costeados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional si reciben el apoyo necesario para modificar las condiciones de ayuda a los países más vulnerables. El resto deberá provenir de un aumento de la asistencia oficial para el desarrollo en los próximos 12 meses.

Primeros impactos en las naciones pobres

Pese a que se espera que el pico de la enfermedad alcance a los países más pobres del mundo en algún momento de los próximos tres a seis meses, ya hay evidencias del desplome de ingresos y la desaparición de empleos, una disminución del suministro de alimentos, los precios se disparan al alza y los niños no disponen de vacunas y comidas, explicó Lowcock.

Hasta la fecha y desde que el Secretario General de las Naciones Unidas lanzó el plan el pasado 25 de marzo se han recaudado 1000 millones de dólares. Entre ellos, 166 millones provienen de los fondos comunes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios en apoyo a los programas en 37 países, 95 millones de dólares del Fondo central para la acción en casos de emergencia de las Naciones Unidas y 71 millones de dólares de 12 fondos conjuntos nacionales.

Con ese dinero se ha conseguido:

  • La construcción de instalaciones para el lavado de manos en zonas de alta vulnerabilidad como los campamentos de refugiados; y la distribución de guantes, mascarillas quirúrgicas, (ventiladores?) respiradores N95, batas y gafas protectoras y equipos de análisis para ayudar a los países vulnerables a responder a la pandemia
  • La creación de nuevos centros de transporte desde los que se puedan transportar suministros por vía aérea
  • La capacitación a través del portal en línea de la Organización Mundial de la Salud COVID-19 de más de 1,7 millones de personas en todo el mundo, entre ellos profesionales sanitarios, para la identificación del virus y tomar las medidas necesarias de protección

Otros riesgos sanitarios

El evento también contó con la participación de destacados miembros de agencias y programas de la Organización como el director ejecutivo de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan, quien expuso que las personas no solo fallecen debido a causas directas relacionadas con el coronavirus, sino también indirectas como las enfermedades mentales por la falta de acceso a servicios sanitarios.

«La evidencia en los conflictos indica que una de cada cinco personas ya sufre una dolencia relacionada con la salud mental y es probable que la pandemia exacerbe sus condiciones e induzca factores de riesgo para el desarrollo de nuevas condiciones. También limitará el acceso de aquellos con problemas preexistentes a los ya escasos servicios de salud mental que tenían», destacó.

Ryan señaló que el plan incluye el tratamiento de este tipo de enfermedades para todas las poblaciones afectadas, así como el acceso a pruebas diagnósticas, equipos de protección personal y otros suministros médicos esenciales.

Los migrantes también forman parte del plan

Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, explicó que 1500 de los 6700 millones del plan se dedicarán a las situaciones con grandes cantidades de refugiados.

Destacó que aparte de la sanitaria emerge una crisis de medios de vida que afecta a refugiados, desplazados y migrantes que dependen de ingresos precarios «que son los primeros que desaparecen en situaciones de confinamiento.

Entre los múltiples riesgos para este grupo de personas. Grandi advirtió que se encuentra el del incremento de la trata.

«Muchos de los países en los que se generan privaciones por la COVID19 son países de grupos migratorios vulnerables y peligrosos. Y sabemos los elementos que causan estos movimientos. Son causados por el conflicto y la pobreza y, a menudo, en combinación. La COVID19 se suma a estas dificultades y añade motivación y margen para más movimientos de población a los que tenemos que prestar atención».

¿Por qué ahora se solicitan casi 7000 millones de dólares, tras pedir 2000 millones recientemente?

  • Ha aumentado la magnitud del problema
  • La Organización Internacional del Trabajo espera que la mano de obra mundial se vea afectada por la pérdida equivalente de más de 300 millones de puestos de trabajo
  • La pobreza podría aumentar en 500 millones de personas, el primer incremento en tres décadas
  • Los organismos de las Naciones Unidas están alertando sobre el riesgo de que aumente la inseguridad alimentaria. El Programa Mundial de Alimentos prevé que debido al impacto de la pandemia 130 millones de personas más podrían sufrir hambre extrema en 2020
  • Millones de civiles que viven en países afectados por conflictos, entre ellos muchas mujeres y niños, se arriesgan a encontrarse al borde de la inanición, según el Programa Mundial de Alimentos.
  • El mundo superará esta crisis, pero sólo si actuamos juntos y solidariamente
  • Es crucial una respuesta mundial sustancial, inmediata y sostenida

¿Por qué deben aportar fondos los países?

  • Nadie está seguro hasta que todo el mundo esté seguro. El virus no distingue fronteras. Sólo somos tan fuertes como el sistema de salud más débi
  • lLos países deben mirar más allá de sus propias fronteras
  • El virus está llegando a lugares donde viven personas en zonas de guerra, no tienen un fácil acceso a agua limpia y jabón, y no pueden conseguir una cama de hospital si caen gravemente enfermos
  • Si los países ricos con sistemas de salud fuertes se hunden bajo la presión de los brotes de COVID-19, imagínese lo que sucederá en los países inmersos en profundas crisis humanitarias causadas por la guerra, los desastres naturales y el cambio climático
  • Si dejamos que el coronavirus se propague sin obstáculos en estos lugares, millones de vidas corren peligro, regiones enteras podrían caer en el caos y el virus tendrá la oportunidad de dar la vuelta al mundo
  • Los países que luchan contra la pandemia localmente priorizan, con razón, a las personas que viven en sus comunidades, pero no podrán proteger a su propia población si no actúan para ayudar a los países más pobres a protegerse contra la COVID-19

¿Cuáles son los impactos de la pandemia que ya se notan?

  • El aumento del precio de los alimentos (hasta el 50%) en algunas partes de Mali, Níger, Siria y Venezuela-
  • La suspensión en Sudán de los vuelos internos de pasajeros del Servicio Aéreo Humanitario de las Naciones Unidas
  • Una media en la disminución de los ingresos de los hogares en Bangladesh del 75%. Y un 40% de la población con comida en casa comida para tres días o menos
  • Al menos 100.000 niños no recibieron la vacuna antituberculosa en la India y 200.000 no recibieron la pentavalente
  • En Kenia el 80% de encuestados dijeron que habían perdido parcial o totalmente sus ingresos

¿Cuáles son las repercusiones socioeconómicas previstas?

Somos testigos de la mayor desaceleración económica de nuestras vidas. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, el crecimiento mundial caerá a -3% en 2020

Existe una extrema incertidumbre en torno a la economía mundial.

Los riesgos de que se produzcan resultados aún más graves son considerables y dependen de factores que interactúan de manera difícil de predecir, como la trayectoria de la pandemia, la eficacia de los esfuerzos de contención, el alcance de las interrupciones de los suministros y los precios de los productos básicos, ente otros

Los impactos económicos analizados y los anticipados varían según la región, el país, y la estructura económica. Esos impactos son graves y pueden ser duraderos:

  • Precios del petróleo: Los precios bajos del petróleo afectan a países como Nigeria, que depende del crudo para el 90% de sus exportaciones y donde aproximadamente la mitad de la población está por debajo del umbral de pobreza, y otros países como Angola, Irak, Libia, Congo y Sudán del Sur
  • El turismo: el pilar de los pequeños estados insulares y una importante fuente de ingresos de divisas para otros países – el turismo representó más del 25% de las exportaciones en 2017 en Etiopía, Nepal, Ruanda y Tanzania
  • Las remesas: El Banco Mundial estima que las remesas mundiales podrían disminuir alrededor de un 20%, la disminución más pronunciada de la historia reciente. Las remesas representan más del 25% del PIB para Tonga, Sudán del Sur, Kirguistán, Haití, Tayikistán y Nepal
  • Trabajo: Se prevén graves reducciones del empleo y los ingresos. La Organización Internacional del Trabajo proyecta 200 millones de empleos en peligro
  • Pobreza: Según una investigación del King’s College de Londres y la Universidad Nacional de Australia, la pobreza mundial podría aumentar por primera vez desde 1990. En algunas regiones, los impactos podrían dar lugar a niveles de pobreza similares a los registrados hace 30 años. En la hipotética situación más extrema con una contracción del 20% de los ingresos o del consumo, el número de personas que vivirían en la pobreza podría aumentar en 420-580 millones, en relación con 2018
  • Otros riesgos combinados: Los expertos predicen un fenómeno de la Niña, una temporada de huracanes en el Atlántico fuera de lo normal y, posiblemente, una temporada de monzones en las mismas circunstancias. A esta situación hay que añadirle la crisis de langostas del desierto en África Oriental y su posible extensión a otras partes del planeta.

*Los 54 países que formaban parte del Plan de Respuesta humanitario el 25 de marzo eran: Afganistán, Angola, Argentina, Aruba, Bangladesh, Bolivia, Brasil, Burundi, Burkina Faso, Camerún, la República Centroafricana, Chad, Chile, Colombia, Costa Rica, Curasao, la República Dominicana, la República Popular Democrática de Corea, la República Democrática del Congo, Ecuador, Egipto, Etiopía, Guyana, Haití, Irán, Iraq, Jordania, Kenya, Líbano, Libia, Mali, México, Myanmar, Níger, Nigeria, los territorios Palestinos ocupados, Panamá, Paraguay, Perú, República del Congo, Rwanda, Somalia, Sudan del Sur, Sudán, Siria, Tanzania, Trinidad y Tobago, Turquía, Uganda, Ucrania, Uruguay, Venezuela, Yemen y Zambia.

Los 9 países añadidos al Plan son: Benin, Djibouti, Liberia, Mozambique, Pakistan, Filipinas, Sierra Leona, Togo y Zimbabwe.