La música, para vivir mejor y mejorar el mundo: Rebecca Miller

Cultura

Trabajar en una orquesta implica tener la convicción de comunicarse con los demás, de confiar en el otro, saber escuchar y, a la vez, tener liderazgo. Estas son virtudes que deberían imperar en todos los campos de la vida profesional hoy en día, porque definitivamente creo que son habilidades que se deben tener para vivir en forma adecuada y mejorar nuestro mundo.
Así lo expresó la directora de orquesta estadounidense radicada en Inglaterra, Rebecca Miller, quien participará como directora huésped de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) los días viernes 5 de abril a las 20:00 horas y el domingo 7 a las 12:15, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, con la participación del prestigiado Coro del Colegio Clare de Cambridge.
Rebecca Miller es una apasionada de su trabajo. Se ha presentado con numerosas orquestas de América y Europa y ha sido titular de otras más. En todas se ha caracterizado por su intenso trabajo en beneficio de las nuevas generaciones de artistas (a través de programas de becas) y por abrir camino a más directoras de orquesta y más compositoras.
“Precisamente porque vivimos tiempos convulsos, necesitamos hacer más música, para tener menos violencia; si hubiera más orquestas, habría menos violencia, porque, qué pasa: en las orquestas cada músico tiene que escuchar, respetar al otro, trabajar en equipo, comunicarse, ahí no hay lugar para individualidades, sino para la comunidad y estas son cualidades que deben ser parte de la sociedad, de hecho, la orquesta es un modelo para la sociedades contemporáneas envueltas en la violencia”, afirmó en entrevista Rebecca Miller.
Considerada como una de las directoras líderes en el mundo, y respetada y reconocida tanto por colegas y crítica especializada, observa: “No sé lo que es ser un director de orquesta hombre, pero creo que las directoras de orquesta mujeres, y también las compositoras, son analizadas en su trabajo más duramente que los hombres, y eso lo podemos ver también en la política, pues le pasa a Hillary Clinton, a Teresa May, que son observadas de manera más severa, más crítica que sus homólogos hombres.
“En cuanto a las compositoras, me parece que a menudo su trabajo es más olvidado, pero pienso que ellas tampoco se promueven lo suficiente. Considero que es bueno que cada vez se esfuercen más en ese sentido y que surjan más organizaciones que divulguen el trabajo de las compositoras y las directoras.
“Todo ello porque me parece que en la medida en que el público vea más a mujeres haciendo música, despertará en ellas el interés por componer o dirigir, y tendrán la certeza de que esto es posible, que es necesario contar con cada vez más mujeres haciendo música, ya sea componiendo o desde el pódium al frente de una orquesta”.
Asimismo, sostuvo que es realmente inspirador trabajar con jóvenes, porque “me parece que son como esponjas que absorben todo, trabajan intensamente y consiguen grandes logros. No es que los profesionales no los tengan, sino que en los jóvenes están muy frescas todas las cualidades de aprendizaje”.
Y agregó: “Me gusta trabajar en cada orquesta promoviendo programas de becas para que más jóvenes formen parte de las orquestas profesionales y provengan de otras disciplinas, como la economía, la política, la medicina; no necesariamente estudiantes de música, porque las virtudes de trabajar en una orquesta, de comunicarse con los demás, de confiar en el otro, tener liderazgo y escucharse, son virtudes que se pueden desarrollar en cualquier campo de la vida profesional.
En cuanto a los elogios recibidos de la crítica especializada, en el sentido de que es una directora “inteligente, brillante, sin dogmas” y “con gran autoridad frente a la orquesta”, entre muchas otras, aseveró: “Son emociones que ahí están, pero creo que son producto de que amo la música, incluso cuando no la amo me impongo amarla en el momento en que la estoy dirigiendo, y me gusta convertirme en parte de la obra, me ubico en la mente del compositor y eso me resulta muy inspirador”.
En el marco del 35 Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, Rebecca Miller dirigirá un programa formado por las obras Heilig, de Carl Philipp Emmanuel Bach; Serenata a la música, de Ralph Vaughan Williams; I Was Glad, de Hubert Parry, y Variaciones enigma, de Edward Elgar, comentó que se trata de un programa de compositores ingleses, en su mayoría, aunque todos son diferentes, y “es como organizar una suculenta cena con diversos sabores y texturas”.
Comenzamos con CPE Bach—que no es inglés–, uno de los muchos hijos de Bach, y se caracterizaba por romper las reglas y ponerse retos a sí mismo; seguimos con Vaughan Williams que es el más inglés de los otros dos compositores, y refleja intensamente no solo la cultura británica, sino que también el paisaje campirano y escribe para coro como para orquesta.
Luego –dijo— vendrá una pieza de Parry que es muy corta y es casi un himno nacional británico, porque se toca en las bodas reales, en las coronaciones e incluso en los Conciertos PROMS de la BBC, y concluirá con una obra de Elgar, las Variaciones enigma, que es un tema original. “No lo conocía antes de irme a Inglaterra y la verdad es que me he enamorado completamente de él. En esta obra habla de sus amigos y cada variación está dedicada a diferentes amistades. Es una obra que habla esencialmente del amor”.
Acerca de su presencia en México, afirmó: “No me gusta formarme expectativas, solamente hago mi trabajo, pero conozco la reacción del público mexicano, puedo sentir su energía, el cuidado que ponen y sé que es un público muy sensible y entusiasta”.