La interacción de restauradores con la gente que convive con el patrimonio, campo que revisa el INAH en foro académico

Cultura

A fin de intercambiar experiencias de trabajo y generar una ‘fotografía instantánea’ acerca de cómo y dónde están posicionadas las disciplinas de la restauración y la conservación en su relación con las comunidades y los usuarios directos del patrimonio cultural en México, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) participan en el ciclo de conferencias y taller “Construyendo relaciones. Comunidades, INAH y Conservación en México”.

Organizado por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) y la Comisión Mixta de Capacitación y Becas de la Rama de Restauración del INAH, este foro reúne a 36 participantes de varias disciplinas y 9 talleristas, adscritos a diversos Centros INAH del país, bajo el objetivo de analizar los casos de éxito, o bien las problemáticas a las que hace frente cada centro de trabajo, y usar todo ello para innovar desde la colectividad.

En entrevista, las restauradoras Dalia Maisner Bush (Centro INAH Michoacán), Natalia Hernández Tangarife (Centro INAH Yucatán), Teresa Edna Rendón Olvera (Centro INAH Aguascalientes) y Renata Schneider Glantz (CNCPC), reconocieron el carácter pionero de esta actividad virtual, cuyas sesiones transmitidas los pasados 4 y 11 de febrero, y a continuar este jueves 18, pueden consultarse en el canal en YouTube de la CNCPC.

Para Renata Schneider, organizadora del encuentro, la oportunidad está en generar un acercamiento horizontal y una construcción de conocimiento entre pares, teniendo en cuenta los denominadores comunes de la restauración pero también las diferencias regionales que su práctica cotidiana tiene en nuestro país.

De este modo, los conferencistas brindan ejemplos de las diversas gestiones que realizan al dialogar en campo con los representantes de las comunidades, cuyos bienes patrimoniales atraviesan o requieren alguna intervención.

“La interacción con la gente que convive con el patrimonio –explica Natalia Hernández– es un campo poco explorado que tiene mucho potencial, ya que cuando estás restaurando algún bien cultural, tienes la puerta abierta de toda una comunidad, algo que otras disciplinas no logran”.

La restauradora del Centro INAH Yucatán, justamente abordó en su presentación titulada Experiencias de interacción con comunidades, el modo en que las estrategias de vinculación seguidas en la entidad peninsular, varían en función de si se trabaja con elementos arqueológicos, o bien, sobre objetos históricos de uso religioso.

Otro tema que se aborda en el ciclo son los nexos que se tejen en estados donde pocos restauradores atienden el patrimonio cultural de grandes extensiones territoriales.

La conferencia Creando valores patrimoniales en comunidad, que este jueves a las 10:00 horas impartirá la restauradora Teresa Rendón, ilustrará lo anterior con el caso de la colaboración entre el Centro INAH Aguascalientes y el Instituto de Cultura y el Archivo Histórico de esa entidad; instituciones estas dos últimas, que no cuentan con un restaurador de planta pero que, desde 2019, colaboran con el personal del Centro INAH para mejorar la atención de los bienes culturales de dicho estado.

Cabe destacar que como producto de este encuentro, y en específico del taller a desarrollarse el 25 de febrero y cuya actividad será exclusiva para sus integrantes, se buscará generar una cartilla; documento que tras el análisis de “cómo vamos, qué ha funcionado y qué no, ilustrará el estado de la cuestión que guarda la restauración en relación con sus comunidades en México”, refiere Renata Schneider.

Precisamente es la organizadora de la actividad quien concluye que una segunda parte que deberá trabajarse a futuro es la perspectiva que tienen las comunidades y sus representantes con respecto a la labor del INAH.

“Esto es algo que la restauradora Dalia Maisner ya hizo desde el Centro INAH Michoacán. En 2019 los representantes comunitarios de poblaciones rurales y urbanas de este estado fueron convocados para que expresaran su opinión con respecto a las experiencias que tenían con el instituto en temas de restauración, arqueología y museos comunitarios, entre otros”.

Las voces de las comunidades, entendidas estas no solo como pueblos, sino también como otros gremios científicos, o el propio gremio institucional, que llegan a colaborar en los proyectos de restauración, es necesaria, acorde con la opinión de las entrevistadas, para pulir las estrategias internas y colocar focos rojos en las áreas que lo requieran.

“Nos falta oír a la otra parte de la relación, pero antes de consultarla nosotros debemos saber muy bien quiénes somos y en dónde nos encontramos”, concluyen.