La inclusión es fundamental para la resiliencia y la paz sostenible, afirma el Secretario General

Internacional

El vacío que crean la desigualdad, la exclusión y la gobernanza débil se llena fácilmente con voces de intolerancia y extremismo que suelen generar conflictos violentos, advierte el titular de la ONU en una reflexión que también destaca el papel de las mujeres en la construcción y mantenimiento de la paz.

Los agravios, las desigualdades, la desconfianza, la exclusión y las divisiones sociales de larga data dan lugar a conflictos que a menudo se tornan violentos y destruyen sociedades, dijo este martes el Secretario General de las Naciones Unidas.

En un debate ministerial del Consejo de Seguridad sobre paz sostenible, diversidad y construcción del Estado, António Guterres señaló que aún cuando se logren acuerdos de paz entre partes enfrentadas, su duración no será larga si no se incluyeron todas las distintas voces del espectro social en cada paso del proceso porque las razones de origen del conflicto persistirán y podrán volver a estallar.

Ciclo que se repite

“Es un ciclo que se repite a nuestro alrededor”, lamentó, recalcando que la paz no se encuentra en un papel, sino en las personas de diferentes orígenes unidas para trazar un rumbo común.

Guterres destacó el aumento de los grupos armados no estatales en el centro de los conflictos, al igual que el creciente número de golpes militares.

Insistió en el papel determinante de la inequidad como raíz de los conflictos y agregó que si bien las desigualdades existen en todos los países, son especialmente rampantes donde no hay servicios básicos como la salud, educación, seguridad y justicia.

Exclusión de las minorías

Además, apuntó, muchos grupos de población carecen de derechos, oportunidades y justicia debido a su cultura, raza, color de piel, etnia o ingresos.

Otra fuente de conflicto, son las cicatrices todavía visibles del colonialismo, reflejadas en fronteras arbitrarias y ventajas históricas para ciertos grupos.

Por si esto fuera poco, la pandemia de COVID-19 agudizó las desigualdades “y revirtió los avances en materia de desarrollo y consolidación de la paz”, añadió.

“Estas desigualdades y estructuras de gobernanza débiles crean un vacío que se llena fácilmente con las voces de intolerancia y extremismo que pueden desembocar en conflictos violentos. Por el contrario, la inclusión es fundamental para la resiliencia y la paz sostenible”, afirmó el líder de la ONU.

Las mujeres y la paz

En este sentido, destacó los vínculos entre la inclusión de la mujer y la igualdad de género y la paz y seguridad sostenibles.

Explicó que las operaciones de la ONU para el mantenimiento de la paz, al igual que las misiones políticas especiales abogan por una mayor inclusión y una participación significativa de las mujeres.

Guterres citó el ejemplo de la Misión en Somalia (UNSOM), que ha apoyado al gobierno y a las mujeres líderes en la implementación de una cuota de género del 30% en las elecciones nacionales.

“Como comunidad global, debemos seguir alentando y apoyando la participación plena y activa de mujeres y jóvenes en este camino”, recalcó.

Prevención de conflictos y consolidación de la paz

Para la prevención de conflictos y consolidación de la paz, el Secretario General enfatizó tres áreas:

  1. Instituciones y leyes nacionales que funcionen para todas las personas, lo que implica proteger y promover los derechos humanos, incluidos la salud, la educación, la protección y las oportunidades. Implica también implementar política y leyes que protejan a los grupos vulnerables.
  2. Mayor espacio a las regiones subnacionales, es decir, dar cabida a grandes sectores de población mediante el diálogo y el respeto a las diferencias, incluso eso requiere que los gobiernos nacionales deleguen áreas de autoridad a instituciones locales.
  3. Mayor participación de las mujeres, los jóvenes y los grupos más marginados en todas las etapas de la toma de decisiones.

La diversidad es fortaleza

Para terminar su intervención ante el Consejo de Seguridad, António Guterres reiteró la importancia de la inclusión de todas las personas de la sociedad en la construcción de la paz y el desarrollo de los países.

“Para los países que salen de los horrores del conflicto y miran hacia un futuro mejor, de hecho para todos los países, la diversidad no debe verse como una amenaza. Es una fuente de fortaleza. Un ancla de paz y estabilidad en partes del mundo que han visto muy poco de ambos. Y un punto de encuentro para que todas las personas contribuyan a un futuro mejor, para ellas mismas y para sus sociedades”, puntualizó y llamó a la comunidad internacional a crear las condiciones para que esto suceda.