La Galería José María Velasco celebra 68 aniversario con la exposición Tepito existe porque resiste

Cultura

Con una amplia sonrisa ante la cámara, las 315 personas fotografiadas por Francisco Mata Rosas mostraron con orgullo ser tepiteños y su arraigo en el barrio.
Personajes que habitan, circulan y trabajan en el Barrio de Tepito fueron captados en su entorno para el proyecto Tepito existe porque resiste, exposición fotográfica de Francisco Mata Rosas con la cual la Galería José María Velasco del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) celebra su 68 aniversario, la muestra se exhibe del 14 de septiembre al 3 de noviembre.
De uno a 91 años son las edades de los fotografiados, cuyas imágenes se exponen en 18 lonas, un mosaico de 120 retratos, una instalación audiovisual y un vinil adherible con el contorno de este tradicional barrio.
Comerciantes, estudiantes, amas de casa, desempleados, artistas plásticos, deportistas, promotores culturales, personas sin actividad fija o remunerada, conforman las actividades de los fotografiados, a quienes, al término de la exposición, el 3 de noviembre, se les entregará su retrato.
Talleres familiares de oficios, vendedores de tacos, vendedores ambulantes de dulces y pan, puestos con mercancía diversa, muchos rostros sonrientes, son parte de lo que se puede observar en esta muestra.
Alfredo Matus, director de la Galería, refirió que el propósito la exposición es acercar a la gente para que se conozca y conozca al otro.
En tanto, Mata Rosas recordó que hace más de 10 años realizó el proyecto Tepito, bravo el barrio, que también se expuso en la Galería José María Velasco y se convirtió en libro.
Recordó que la muestra recorrió diversas ciudades y países, con lo cual se logró la empatía con los personajes expuestos. “Siempre me ha interesado la cultura popular urbana, en los barrios, comunidades periféricas e indígenas, mantiene lo que considero una trinchera de resistencia cultural”, señaló Mata Rosas.
Respecto al nombre de la exposición, comentó que la frase “Tepito existe porque resiste”, es un grafiti que se encuentra en varias calles del barrio y representa fielmente lo que es Tepito, un lugar de resistencia que se reinventa día a día.
Señaló que los procesos de globalización por los que estamos atravesando, “cada vez hacen que se parezcan más unas ciudades a otras, nos encontramos con las mismas cadenas de cine, tiendas de ropa, etcétera.
“La clase media urbana estamos homogeneizando todo, contrario al barrio donde se mantiene el sentido de identidad, tolerancia, inclusión”, dijo.
Tepito es un lugar de resistencia real, asediado desde hace más de 500 años, siempre se le ha querido desaparecer, es una piedra en el zapato, un lugar incómodo, refirió el expositor,
Señaló que en los dos proyectos que realizó le interesó mostrar una imagen que va más allá de lo que se magnifica en los medios de comunicación, decomisos, violencia, ejecuciones.
También existe gente trabajando, estudiando, circulando, comerciando, una vida cotidiana en unidades habitacionales, “me enfoqué en esa cara del barrio”, señaló el fotógrafo.
Comentó que, a una década de haber realizado el primer proyecto, hay cambios y cosas que permanecen, la violencia ha modificado los patrones de conducta y las visitas al barrio; sin embargo, resaltó que es una zona de la ciudad que vale la pena conocer.
La Galería José María Velasco, recinto cercano a la gente
Destacó la dinámica que la Galería José María Velasco ha generado con los habitantes de la zona, quienes sienten al recinto como algo cercano, “se han apropiado de la galería”.
Mencionó que el hecho de haber plasmado algunas fotografías en lonas es porque este material forma parte de la memoria estética del barrio; está en los puestos y en las calles. Posteriormente estas lonas circularán por calles y vecindades.
Además, una fotografía aérea del barrio se colocará en el piso, la cual podrá ser intervenida, señalando aquello que la gente considere relevante señalar. “Aquí vivo, aquí venden las mejores migas”, lo que la gente desee escribir.
Compartió que a diferencia del proyecto anterior que le llevó más de tres años, ahora lo realizó en cuatro meses gracias al apoyo de María Luisa Moreno, trabajadora social de la UNAM, quien trabaja en el área y de Víctor Portillo, responsable de Servicios Educativos de la Galería.
En general, la gente es muy amable, cariñosa, solidaria, dispuesta a colaborar, les gusta ser representados, entendieron el trabajo y se sienten contentos de formar parte del proyecto, aseguró Mata Rosas.