La exploración vocal nunca termina: Ute Wassermann

Cultura

La exploración de la voz y el aprendizaje de técnicas vocales extendidas fueron parte de las enseñanzas que ofreció la vocalista y compositora alemana Ute Wassermann en el Taller de Técnicas Vocales Contemporáneas, en el Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Aproximadamente 40 personas dedicadas a distintas disciplinas: cantantes profesionales, estudiantes de música, compositores, actores, performanceros, principalmente, acudieron para poner en práctica los ejercicios dirigidos por la artista.
José Luis Castillo, director de Cepromusic, dio la bienvenida a los asistentes y les recordó que el oído es el primer sentido que se desarrolla en el útero materno. “Todo en nuestra vida es una búsqueda de esos primeros sonidos que escuchamos”.
Señaló que una personalidad como Ute, que aborda la voz desde diversas premisas, en las que intervienen distintas formas de fonación, reproducción y resonancia, otorga una serie de posibilidades a los creadores, actores, poetas.
En entrevista, Ute Wassermann, cuyo trabajo se ha destacado en el ámbito de la música experimental, señaló que los resonadores faciales y del cuerpo funcionan en forma diferente en cada persona.
“Los niños utilizan todo tipo de técnicas extendidas cuando hacen ruidos, juegan, jadean; son tan naturales como cualquier otra forma vocal, por lo que cualquier persona puede aprender, aunque hay que explorar las posibilidades fisiológicas ya que cada cuerpo es distinto y éste es el resonador, hay cosas que serán más fáciles para unos que para otros, pero cualquiera lo puede hacer”, afirmó.
Los participantes llegaron casi una hora antes de que iniciara la sesión, que duró tres horas y media. Primero realizaron movimientos con su cuerpo al tiempo que emitían diferentes sonidos, el objetivo fue calentar y explorar el aparato fonador sin lastimarlo. La parte final fue la improvisación, a fin de encontrar recursos que puedan utilizar. Ute Wassermann mencionó que ella utiliza mucho la improvisación.
Refirió que de niña escuchaba a sus familiares cantar y le gustaba explorar y jugar con su voz. A los 20 años tomó un taller para actores con Kristin Linklater (actriz, directora de teatro y entrenadora vocal escocesa), con el fin de descubrir los resonadores naturales de su voz. Después de ese taller decidió no ir a la escuela de música, porque en Alemania son muy conservadores y en ese ambiente rígido no iba a poder descubrir todas sus posibilidades vocales.
En su biografía expresa que su formación no fue en una escuela de música profesional, sino en una de artes performativas, que era una combinación entre música y artes visuales, bajo la guía del maestro Henning Christiansen, de origen danés.
Allí se unió a compositores, cuya formación no era la tradicional, para iniciar lo que llamaron música nueva; también se adhirió al movimiento Fluxus donde empezó a trabajar con compositores contemporáneos y a realizar improvisaciones.
Señaló que se encuentra muy activa en la escena de la improvisación por todo el mundo y México no es la excepción, aquí ha trabajado con el músico Fernando Vigueras.
Comentó que cuando ella compone para voz se basa mucho en la suya, que puede alcanzar notas muy agudas y ciertas cualidades sonoras. “Es necesario que los compositores conozcan mejor la voz, para que sepan cómo llegar naturalmente a lo que están pidiendo, pero también es interesante alentar al cantante a alcanzar esos retos”.
Ésta es la cuarta ocasión que visita México, en 2016 participó en Poética Sonora, experiencia que consistió en extender las posibilidades de su voz para imitar a los pájaros y los sonidos de la naturaleza, con base en una grabación de pájaros de diferentes entidades de la República Mexicana, archivo de la Fonoteca Nacional. “Fue una experiencia muy linda”, expresó.
Respecto a su participación del sábado 1 de junio al lado del Ensamble Cepromusic, con la obra Máquina belfos, del compositor Alejandro Romero, inspirada en la obra Not I de Samuel Beckett, dijo que le encantó la forma en la que el grupo y ella lograron, en algunos momentos, una fusión muy natural y, en otras, establecer un contraste.
La cantante señaló que la exploración vocal nunca termina, a cada momento surgen cosas nuevas y hay que ir a dónde te llaman, finalizó.