La célula gráfica. Artistas revolucionarios en México, 1919-1968, muestra que aborda el compromiso de los artistas mexicanos del siglo XX

Cultura

El Museo Nacional de la Estampa (Munae) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) exhibirá a partir del 22 de noviembre la muestra La célula gráfica. Artistas revolucionarios en México, 1919-1968, cuyo objetivo es valorar la función del arte como compromiso social.Esta exposición, bajo la curaduría de Ana Carolina Abad, se centra en el trabajo de artistas que, a partir del fin de la Revolución Mexicana y hasta la década de 1960, asumieron la tarea de crear imágenes con mensajes generalmente de índole social.
La célula gráfica es una gran oportunidad para conocer parte del acervo del Munae que pocas veces se ha exhibido, principalmente de grabadores reconocidos, como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Luis Arenal, Xavier Guerrero, Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Raúl Anguiano, Ángel Bracho, Francisco Dosamantes, Alfredo Zalce, Arturo García Bustos, Francisco Mora y Francisco Moreno Capdevila. Igualmente contempla la obra de Andrea Gómez, Sarah Jiménez y Mariana Yampolsky.
Para Emilio Payán, director del Munae, La célula gráfica. Artistas revolucionarios, 1919 1968 “es un mosaico de la obra de artistas que buscaron impulsar sus capacidades, pero sobre todo reconocer el relevante papel que desempeñaron en las transformaciones que nuestro país ha vivido. La Revolución Mexicana, entre otros acontecimientos de gran envergadura, generaron una transformación que impactó a todos los sectores, desde el social y el político hasta el cultural y económico. De ella se desprendió una corriente artística que se apropió de recursos como la pintura mural, la gráfica, la literatura y otras disciplinas, que favorecieron la nueva política de la nación.”
Estos artistas gráficos, en especial aquellos afiliados al Partido Comunista Mexicano se agruparon en ligas, colectivos y sindicatos para difundir su mensaje artístico y ponerlo a disposición de obreros y campesinos que seguían luchando por sus derechos. “De esta tendencia por la asociación surge el nombre de la muestra: ‘célula’, que era como se designaba a un grupo de personas con objetivos particulares al interior de organizaciones más grandes, en este caso, un grupo de grabadores al interior de un grupo más grande de artistas”, comentó la curadora Ana Carolina Abad.
Abundó en que la célula de los grabadores, junto con los muralistas, crearon obras que apoyaban las luchas obreras y campesinas, a ciertos candidatos o presidentes y, a nivel internacional, las luchas antifascistas en Europa y los regímenes de izquierda.
Explicó que, si bien el tema ya ha sido abordado por el Munae en exposiciones sobre el Taller de Gráfica Popular, sobre los artistas de las décadas de los treinta y cuarenta o las publicaciones de la primera mitad del siglo XX, el centenario de la fundación del Partido Comunista Mexicano es un buen pretexto para explorar la filiación de izquierda de los artistas mexicanos, y cómo ésta se refleja en su obra, por lo menos hasta 1968.
“A la par de su mensaje político, estos artistas alimentaron el imaginario nacional con obras que plasmaron a los proletarios, a los campesinos, a las masas, al pueblo, a los héroes de la historia patria y de la historia mundial, así como a los enemigos del pueblo, de la Revolución y de la democracia”, puntualizó Abad.
La célula gráfica. Artistas revolucionarios en México, 1919-1968 está conformada, en su mayoría, por obra gráfica que pertenece al acervo del Museo Nacional de la Estampa, así como por importantes piezas de la colección particular de Ernesto Arnoux y del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista, A.C.
El visitante podrá apreciar alrededor de 180 obras, entre grabados en madera, en linóleo, litografías, fotografías, material documental y publicaciones periódicas.
Los núcleos temáticos en las que está dividida la muestra, abarcan las luchas obreras y campesinas, las condiciones de trabajo de ambos grupos, las huelgas y las manifestaciones, la represión, los horrores y las consecuencias de las guerras, las diferentes formas de representar a los trabajadores, entre otros tópicos.
“Con la gráfica, el arte no solo se apropió de las calles e instituciones, sino que inyectó una nueva visión del espacio privado como la otra cara del espacio público. Por ello, el arte es el soporte para representar nuestra particular visión e interpretar y construir el aquí y el ahora de cada uno de nosotros”, expresó Emilio Payán.
La célula gráfica. Artistas revolucionarios en México, 1919-1968, se exhibirá del 22 de noviembre de 2019 hasta el 23 de febrero de 2020 en el Museo Nacional de la Estampa, Avenida Hidalgo núm. 39, Plaza de la Santa Veracruz, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Para mayor información, escribir a: munae.informes@inba.gob.mx