La carrera espacial soviética fundó las bases para la llegada a la Luna

Cultura

Al concluir la Segunda Guerra Mundial creció exponencialmente el desarrollo de la tecnología encaminada hacia la conquista del espacio y se agudizó la competencia por la carrera espacial entre la entonces Unión Soviética (URSS) y Estados Unidos, describió el doctor Fernando Ramírez López, académico de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Para la URSS era mucho mayor el reto de orbitar la Tierra antes que llegar a la luna, así que primero envió la sonda Sputnik, en 1957; después a un ser vivo: la perra Laika, además de otros perros, hasta que regresaron con vida; entonces tocó el turno al primer hombre al viajar al espacio, un ruso que orbitó el planeta durante ocho minutos y, en 1961 a la primera mujer y luego al primer hombre que hizo una caminata espacial, ambos soviéticos.

La Guerra Fría sostuvo gran parte de la esencia en la competencia espacial, impregnada por ideologías antagónicas que dominaban ambas partes. En 1966 naves soviéticas llegaron primero a la luna, pero sin tripulación: la primera impactó en el astro y se destruyó; la siguiente sí se posó en la luna, pero ya no regresó, mientras que un aparato sin tripulantes fue dirigido a Venus, donde descansó.

Hasta entonces la Unión Soviética llevaba la delantera a Estados Unidos, pero sus proyectos se enfocaron más sobre los planetas aledaños y a rotar el espacio sideral, y para los estadounidenses era más importante el impacto publicitario que tendría la llegada del ser humano a la luna, por lo que concentraron sus esfuerzos científicos y económicos en ello.

De hecho, la terminología utilizada por una y otra potencia refleja los objetivos de la carrera espacial; la URSS llamó a sus tripulantes cosmonautas, es decir, su horizonte de exploración va más allá de los astros; los estadounidenses los nombran astronautas, que refleja sus expectativas.

Luego de medio siglo de la hazaña que significó “un gran paso para la humanidad”, UAM Radio 94.1 FM se unió a las celebraciones con la mini serie Alunizaje. Ciencia y ficción. 50 años de la llegada del hombre a la luna, que comprende cinco emisiones de media hora en las que exploran los aspectos que hicieron posible el alunizaje en 1969, el proceso, desarrollos e inquietudes, así como las implicaciones político-tecnológicas.

Como parte de esta miniserie –que contó con la colaboración de la Coordinación de Cultura y Extensión Universitaria de la Unidad Lerma, del doctor Ramírez López y el artista Juan José Díaz Infante, fundador del Colectivo Espacial Mexicano y de la Agencia Espacial Civil Mexicana– se han llevado a cabo los programas El origen de un sueño, Los primeros aeronautas, Siglo XX. La cuenta regresiva y La carrera espacial I, y el viernes 26 de julio se realizará el titulado La carrera espacial II, a las horas 9:30 horas, con retransmisión a las 14:30 horas.

El doctor Ramírez López aseguró que el sueño de alcanzar el satélite natural está en todos los habitantes del planeta desde su existencia en él y ya desde la cultura Olmeca se veían mapeos celestes que luego heredaron a los mayas, quienes elaboraron 23 mapas celestes que recorrían en sus líneas las 117 ciudades que fundaron. La lápida de la tumba del rey Pakal, en Palenque, representa al primer astronauta de la antigüedad.

El especialista en música se refirió a los grupos de rock que en los años 60 del siglo pasado realizaron trabajos musicales sobre un sonido espacial, entre ellos: The Birds, The Beach Boys, Pink Floyd, The Beatles o David Bowie con su Space Oddity. Al finalizar, invitó a los jóvenes a voltear hacia arriba a ver las estrellas y el cosmos y dejar de fijar su mirada hacia abajo, sobre sus celulares.