La amenaza de fragmentación en Yemen es cada vez mayor

Internacional

Si bien las partes en conflicto y la comunidad internacional comparten el sentido de urgencia de encontrar una solución e iniciar un proceso político de transición en el país, cada paso de las negociaciones toma mucho tiempo, dijo el enviado especial de la ONU, quien insistió en que “Yemen no puede esperar”.

El actual momento es crucial para el destino del país, como lo han mostrado los sucesos más recientes. “La amenaza de una fragmentación de Yemen cobra cada vez más fuerza”, advirtió este martes el enviado especial del Secretario General para Yemen y reiteró el compromiso de la ONU con el emprendimiento de un diálogo inclusivo para resolver las diferencias y abordar las preocupaciones legítimas de todos los yemenitas.

“La situación en el terreno cambia rápidamente. Debemos aprovechar las oportunidades para avanzar”, enfatizó Martin Griffiths, quien participó por videoconferencia en una sesión del Consejo de Seguridad sobre Yemen en la que informó sobre los acontecimientos del último mes en ese país.

El riesgo de fragmentación hace más urgente que nunca redoblar los esfuerzos en favor de un proceso de paz. “No hay tiempo que perder. Es mucho lo que está en juego para el futuro de Yemen, del pueblo yemenita y de la región en su conjunto”, recalcó.

Sentido de urgencia

Lamentó que, si bien las partes en conflicto y la comunidad internacional comparten el sentido de urgencia de encontrar una solución e iniciar un proceso político de transición en el país, cada paso de las negociaciones toma mucho tiempo.

Griffiths aseveró que las preguntas sobre el destino de Yemen a largo plazo continúan sin respuesta y reiteró que sólo pueden resolverse por medios políticos pacíficos.

Agregó que por esa razón el proceso de paz debe incluir a los numerosos grupos de las provincias del sur, al igual que a los de todo el país. “Existe una amplia gama de puntos de vista que se deben tomar en cuenta en cualquier diálogo sobre el futuro del sur y de todo Yemen, es una condición fundamental para los esfuerzos por poner fin al conflicto y garantizar la reanudación de la transición política”, apuntó.

Señal clara

El enviado citó los acontecimientos en Aden y Abyan como muestra de la complejidad y volatilidad del escenario yemenita, de los desafíos que imperan para alcanzar la paz y del peligro de no conseguirla.

Recordó los ataques registrados en Adén, seguidos por enfrentamientos entre las Brigadas de Protección Presidencial y las fuerzas afiliadas al Consejo Transicional del Sur a principios de agosto, en los que éstas últimas tomaron el control de los campamentos militares y rodearon las instalaciones de las instituciones de Estado en Adén. Más tarde, apenas anoche, esas mismas fuerzas avanzaron para incrementar su control militar en la provincia de Abyan.

Esta violencia ha causado decenas de muertes y ha herido a cientos de personas, indicó Griffiths, al tiempo que condenó las acciones del Consejo Transicional del Sur y el acoso al que han sometido a los yemenitas del norte que viven en Adén.

“Esta situación es insostenible. Es casi seguro que las instituciones de Estado dejarán de funcionar y que la vida diaria de la población se tornará aún más difícil. De hecho, existe el riesgo todavía más grave de que continúe erosionándose el tejido social de Yemen y de que la violencia se extienda a otras provincias del sur. En este momento es muy difícil saber a dónde nos llevarán estos eventos”, recalcó.

En este sentido, Griffith exhortó a todas las partes involucradas en la guerra en Yemen a tomar los sucesos en Adén como una clara señal de que se debe terminar el conflicto de manera pronta y pacífica.

“Cada día adicional de conflicto suma al total de la tragedia y la miseria. Ningún país puede tolerar indefinidamente el estrés de un conflicto interno. Yemen no puede esperar”, concluyó el enviado especial.