La Academia Mexicana de la Lengua rindió homenaje a Amado Nervo

Cultura

La Academia Mexicana de la Lengua (AML) rindió homenaje a Amado Nervo, el jueves 23 de mayo en la Capilla Alfonsina, que lució pletórica para conmemorar el centenario del fallecimiento del poeta nayarita. En el acto se dio cita un nutrido grupo de académicos, así como público en general que colmó el recinto.

El titular de la AML, Gonzalo Celorio –quien estuvo acompañado por los escritores Adolfo Castañón, Felipe Garrido y Tarsicio Herrera–, recordó al que fuera miembro correspondiente de la Academia con los versos de La raza de bronce, a los que Nervo dio lectura el 19 de julio de 1902 ante Porfirio Díaz en la Cámara de Diputados.

“Amado Nervo era un virtuoso del verso y de la métrica: endecasílabos, estribillos, sonetos, décimas, versos aconsonantados, de arte mayor y de arte menor, letanías, quintillas, canciones, versos para zarzuelas y composiciones improvisadas en corridas de toros según advirtieron Juan Ramón Jiménez, Federico de Onís y Tomás Navarro Tomás. Como Lope de Vega, era un virtuoso sensible a su público”, expresó Celorio, y resaltó que Nervo alternaba el misticismo con la mundanidad y que en su tiempo fue un poeta muy querido.

Al fallecer hace cien años en Montevideo, Uruguay, “salieron varias fragatas que se fueron uniendo a lo largo de todo el recorrido en una especie de sepelio navegante que demostraba el gran afecto, el gran cariño, la gran memoria de su poesía que el pueblo tenía. Después hubo un momento de desacreditación porque se consideró un poeta menor que todavía tenía, en tiempos del modernismo, muchos resabios románticos y místicos”, agregó Celorio.

Expresó que fue entonces que se dejó de apreciar su poesía y que fue alrededor de los años 60 y 70 con Carlos Monsiváis, José Luis Martínez y José Emilio Pacheco que se le revaloró.

Tarsicio Herrera, doctor en Letras Clásicas por la Universidad Nacional Autónoma de México y quien se ha destacado por sus ensayos sobre la cultura y la literatura clásicas, y por sus obras sorjuanianas, interpretó en la segunda mitad de la sesión una docena de poemas de Amado Nervo, los cuales él mismo musicalizó.