Jasmine Trinca analiza la relación madre-hija en Marcel!

Cultura

En Marcel!, su primer largometraje, la actriz italiana Jasmine Trinca recurre a su historia personal para describir las dinámicas que rigen las relaciones madre-hija. Una película en la que Alba Rohrwacher y la joven Maayane Conti causan sensación.

¿Cómo surgió Marcel!?

La chispa surgió durante los ensayos de mi cortometraje, Being My Mom (2020). Alba Rohrwacher interpretaba en él el personaje de la madre y Maayane, el de la hija. Entre toma y toma, vi a Alba divirtiéndose con Maayane. La hacía jugar con el perrito y ladrar. Ese instante concentraba todo lo que quería contar: el amor, la ferocidad, la fidelidad, la confianza y el odio que unen a una madre y a su hija. Más que el nombre de la película, Marcel! es un grito que esconde nuestra incapacidad para dejar ir a las personas que hemos querido.

¿Cuándo sintió que era el momento adecuado para pasar a la dirección?

Las historias viven entre nosotros, estoy segura. Algunas se quedan aferradas a nosotros, otras pasan por nuestra vida y se marchan. Y luego están las que se quedan ahí, agazapadas durante mucho tiempo en algunos meandros de nuestra mente y crecen lentamente hasta que se vuelven tan imponentes que tenemos que contarlas para que hagan sitio a otras. Esta historia tenía que existir fuera de mi cabeza.

La película narra la historia de una niña que, en cierto modo, está siendo abandonada por su madre. ¿Hasta qué punto es autobiográfico?

La relación con mi madre ha sido una parte constitutiva de mi existencia. Al recordarla, he querido destacar algunas de las profundas dinámicas de la relación madre-hija. En el análisis y en la narración, siguen siendo un tema que se reprime, un territorio poco investigado y poco investigable, porque los hombres ya se sienten naturalmente excluidos. Simplemente utilicé la cámara como si se tratara del ojo de mi memoria. La subjetividad es la que rige esta historia y no la realidad.

Asimismo, se trata de una película que aborda la libertad de mostrarse tal y como uno es. ¿Qué quería contar?

Que la vida está en todas partes, que las mujeres son retorcidas, diferentes a como las mostramos o las describimos, y que en esa distorsión un tanto alocada, claman por su autonomía y albergan en su interior la dolorosa semilla de una libertad revolucionaria.

«Cuando estoy inquieta, camino, deambulo, me pierdo y me encuentro. Así es cómo descubro el mundo. Lo mismo le ocurre a la hija y a su madre».

La película se desarrolla principalmente en exteriores. ¿Por qué?

Cuando estoy inquieta, camino, deambulo, me pierdo y me encuentro. Así es cómo descubro el mundo. Estampándome en él, perdiéndome en él… Y lo mismo le ocurre a la hija y a su madre.

¿Cómo ha sido trabajar con Alba y Maayane?

Alba es una actriz generosa que se unió al proyecto y lo encarnó. Trabajé con ella en el material físico que ella y solo ella podía darle a este personaje. Me parece un enfoque muy difícil para un actor, ya que estamos más acostumbrados a trabajar con ellos en la psicología de los personajes. En cuanto a Maayane, es una niña con varias culturas y pasiones. Tiene la capacidad de entrar en escena y brindar de inmediato una gran intensidad. Fue maravilloso aprender de ella e intentar canalizar esa energía en bruto sin que nunca la perdiera.

¿Qué ha aportado de su profesión de actriz a este primer largometraje?

La consciencia de lo que es ser observado por otras personas.