INAH participa en la fiesta del poblado La Misión, en Baja California

Cultura

A menos de 80 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, en el valle de San Miguel, Baja California, se localizan los vestigios de la Misión de San Miguel Arcángel de la Frontera, fundada en 1787 por los dominicos para evangelizar a los indios kumiai; a pesar de que solo se conservan restos de los muros construidos en frágil adobe, el sitio es motivo de una gran fiesta que año con año mantiene vivo el recuerdo de la fundación misional y el antiguo asentamiento indígena.

Se trata de un encuentro que convoca a las familias del poblado La Misión, ubicado a 70 kilómetros de Tijuana, dentro del municipio de Ensenada, y que atrae a turistas de Baja California y Estados Unidos. Durante la noche se enciende una gran fogata de cinco metros de alto, símbolo de los vaqueros y de esta festividad, mientras los grupos de yumanos suelen entonar cantos acompañados con la voz de sus sonajas.

El objetivo de las fiestas es poner en valor el patrimonio cultural, tangible e intangible, así como natural de la región, y promover sus tradiciones, favoreciendo el encuentro e interacción entre rancheros, vaqueros, agricultores y habitantes de pueblos originarios y ciudades circunvecinas.

Durante la ceremonia oficial de la XXXIX edición de las Fiestas de La Misión, como representante del gobierno federal, el director del Centro INAH Baja California, Jaime Vélez Storey, destacó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es responsable de preservar los vestigios de la misión que dio origen al poblado; su presencia, como responsable del INAH en el estado, en uno de los festejos más importantes del poblado, refrenda ese compromiso.

El titular del Centro INAH-BC recodó que la institución no solo estudia las tradiciones, sino que las fomenta y alienta para que las futuras generaciones reconozcan en sus ancestros, la cultura del esfuerzo de sus pueblos, por eso extendió una invitación para mantener un diálogo permanente con la comunidad y con sus representantes y propuso un puente de comunicación entre autoridades y representantes sociales, para en adelante abordar en colectividad, los asuntos de interés en lo que se refiere a la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural.

El comisariado ejidal y presidente del comité de festejos, Omar García Lara, agradeció al INAH su interés y participación para dar realce a las festividades de La Misión.

Durante el acto oficial, el Comité Organizador de la celebración entregó tres reconocimientos a personajes destacados por su contribución en el desarrollo de las festividades; correspondió Vélez Storey entregar la distinción a la señora Juana Hernández viuda de Triguero, quien junto con su familia ha sido una de las más fuertes impulsoras de los festejos.

Otros reconocimientos fueron para la profesora María del Carmen Martínez Castañón y Ricardo Verján Quiñones, este último, director de la facultad de Turismo y Mercadotecnia de la Universidad Autónoma de Baja California.

La Misión de San Miguel Arcángel de la Frontera está asentada en la base de una montaña, por donde circula el arroyo San Juan Bautista. El lugar fue llamado Ja-Kwátl-Jap, que significa “agua caliente” en lengua yumana.

En 1769, el padre Juan Crespí, durante su recorrido hacia la Alta California, lo reconoció como lugar ideal para establecer una misión, pero se fundó hasta 1787 y al año siguiente fue trasladada a su sitio actual con el fin de garantizar el abastecimiento de agua.

Se edificó con adobe, elaborado con suelo local, agua, barro, arena y paja para hacerla más resistente. El clima húmedo de la región permitió la siembra de trigo, maíz, garbanzos, frijol y cebada en 45 hectáreas de tierras cultivables; además se aprovecharon plantas silvestres como el mezcal, bellotas y semillas de chía.

La proximidad a la costa permitió la adquisición de sal y gran variedad de mariscos y pescados, y la extensión del arroyo San Miguel proveyó el pasto necesario para que grandes manadas de caballos, burros, mulas, reses y ovejas tuvieran alimento.

Los padres residentes de la misión de San Miguel Arcángel de la Frontera fueron Mariano Apolinario (1794), Mariano Yaldi (1795), Raymundo Escolá (1798), Tomás de Ahumada (1812) y Félix Caballero (1830). En 1834 fue abandonada debido a la falta de personal.

La misión de San Miguel Arcángel de la Frontera forma parte del Camino Real Misionero de las Californias, el camino de herradura que unió las misiones de la Baja California con las de la Alta California, fundadas entre 1683 y 1834.

Situado en Baja California y Baja California Sur en México, y la Alta California correspondiente al actual estado de California, en Estados Unidos, el corredor histórico es fruto de la misión evangelizadora de los jesuitas, franciscanos y dominicos, proyectado para mantener comunicados a los centros misionales.

La ruta trazada bajo el ardiente sol del desierto durante la etapa misional (de 1697 a mediados del siglo XIX) entrelaza templos, objetos religiosos, oficios, fiestas patronales, danzas, música, comida: una cultura viva dentro de un inmenso territorio agreste vinculado por su paisaje repleto de cactáceas, monumentales montañas y dos mares que con la luz del día se pintan de intensos colores. Una de tantas festividades es la del poblado de La Misión, que entrelaza la historia con el presente y la diversidad de expresiones culturales que han nacido y crecido a la sobra de los antiguos misioneros.

Actualmente el sitio está bajo resguardo del INAH. Se puede visitar de miércoles a domingo, de 8:00 a 16:00 horas. La entrada es gratuita.