Héctor Mendoza, figura imprescindible del teatro de vanguardia en México

Cultura

El dramaturgo, director y maestro, Héctor Mendoza Franco dejó un valioso legado al mundo del teatro, además de ser un renovador frente a las convenciones de su tiempo y marcar una nueva época para la puesta en escena en México a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Este domingo 29 de diciembre se cumplen nueve años de su fallecimiento.

“El teatro me escogió a mí, porque no fue algo que busqué, sino que más bien me encontró. Ahí estaba cuando el teatro vino a mí. Y vino desde tempranísima edad. No he hecho otra cosa. Todo es dentro o fuera del escenario”, decía el autor de más de 40 obras de teatro y director de más de 70 puestas en escena.

Héctor Mendoza nació en Apaseo el Grande, Guanajuato, el 10 de julio de 1932 y falleció en la Ciudad de México el 29 de diciembre de 2010. Estudió Literatura española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Actuación en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). También estudió en el Centro Mexicano de Escritores, en la Universidad de Yale y en Actor’s Studio, donde fue alumno de destacados exponentes del teatro.

Entre otros cargos, fue jefe del Departamento de Teatro de la UNAM y docente a lo largo de 40 años en diversas instituciones teatrales en las que desarrolló su metodología actoral, entre éstas, la UNAM, la ENAT y la Universidad de Texas, además de participar en la fundación del Núcleo de Estudios Teatrales.

“Él creó una metodología en constante movimiento, totalmente morfológica, difícilmente un actor que estudiaba con él veía las mismas cosas que otro que lo hacía 10 años después, siempre había avance, su búsqueda era incansable”, señaló su hijo, Rodrigo Mendoza Millán, con motivo del homenaje que se le rindió en julio en Amacalone. Foro para la experimentación escénica.

Su primera puesta en escena, Las cosas simples, le valió el Premio Juan Ruiz de Alarcón en 1953, y la última que escribió y dirigió llevó por título Resonancias. Además, entre sus obras se encuentran Ahogados, In Memoriam, ¿Y con Nausístrata qué?, La historia de la aviación, Noches islámicas, Hamlet, por ejemplo, Secretos de familia, Actuar o no, La guerra pedagógica, Creator principium, El burlador de Tirso y El mejor cazador.

Su labor dentro del teatro fue distinguida con múltiples reconocimientos, entre éstos, Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca y Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1994.Obtuvo reconocimiento en el XIII Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami, fue Miembro de número de la Academia de Artes de México y Premio Universidad Nacional 2009 en el área docencia en artes por la UNAM.

El INBAL celebró al hombre del teatro de vanguardia con un homenaje en el Palacio de Bellas Artes por sus 40 años de trayectoria artística, y posteriormente, puso su nombre a la Sala Héctor Mendoza del foro de la Compañía Nacional de Teatro.

Su fallecimiento significó una gran pérdida para el teatro y la dramaturgia mexicana, expresó el gremio teatral, quien recordaba a Héctor Mendoza como una persona generosa, precisa, formador de grandes actores y un “grande del teatro”.