La diputada federal Lorena Piñón Rivera expuso: “El programa del gobierno federal llamado Jóvenes Construyendo el Futuro no cuenta con un registro oficial del destino que han tenido los becarios que han sido beneficiados por el mismo. Esto representa un ejercicio opaco gubernamental porque no se han medido oficialmente los resultados.
Indicó que la dinámica establece que jóvenes entre 18 y 29 años son capacitados por un año, con el propósito de que al culminar este periodo cuenten con mayores aptitudes y posibilidades de incorporarse a una plaza de trabajo, pero las cifras o no se registran o se ocultan por resultados vergonzosos o son confusas y hasta contradictorias.
Por ejemplo, en julio pasado el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas registró con base en datos oficiales que en Veracruz se cuenta con 173 mil 293 beneficiarios, pero un mes después el propio subsecretario federal del Trabajo, Marath Bolaños López aseguró ante la presencia del Gobernador Cuitláhuac García que “desde el inicio de operación del programa, en la entidad veracruzana se apoyaron a 237 mil jóvenes”.
La legisladora veracruzana además indicó que era razonable dudar sobre lo que llamó “las cifras alegres de la Secretaría del Trabajo Federal, porque en un mes les aparecieron 64 mil beneficiarios más. Debo referir que en su concepto original, Jóvenes Construyendo el Futuro es una gran idea porque permite que exista un ingreso para jóvenes que no estudian ni trabajan, situación que especialmente los ayudó durante la parálisis económica que aconteció con la pandemia.
Precisó que “el gobierno federal puso como meta incorporar a 2.3 millones de personas en el programa durante el sexenio y ahora les faltan 200 mil para lograr ese objetivo, como dato se escucha muy bien que ya falta poco para alcanzar sus metas, pero el problema es que no hay un registro oficial de que esos 2.1 millones de aprendices hayan conseguido empleo”.
Para finalizar, la diputada Piñón Rivera aseguró: “es muy corto analizar el impacto de Jóvenes Construyendo el Futuro sólo con el número de aprendices que reciben el apoyo económico mensual y la asistencia médica”.
“Se debe exhortar a la Secretaría del Trabajo Federal a que realice una evaluación contundente acerca de la eficiencia terminal del mismo, porque la beca se acaba al término de un año, pero lo que deben evaluar es el número de jóvenes que efectivamente logran conseguir un empleo y salario digno, en donde además los mentores informen del por qué emplean o no a los beneficiarios, y en tal caso perfeccionar la operación del programa”, concluyó.
