Guterres cita el Comité Constitucional sirio como ejemplo de lo que puede lograr la mediación

Internacional

En una Conferencia en Turquía, el titular de la ONU asegura que la herramienta política de la mediación “es una de las más importantes para reducir y acabar con los conflictos”. También advirtió del peligro que representa el resurgimiento del populismo y la marginación de las minorías pueden contribuir al aislamiento y la radicalización.

El Secretario General de la ONU participó este jueves en la VI Conferencia de Mediación, que se celebra en la ciudad turca de Estambul, donde expuso las bondades de esta herramienta política, poniendo como ejemplo el Comité Constitucional sirio que ayer se reunió en Ginebra por primera vez con el objetivo de crear una carta para el país.

“No hay ilustración más clara de la importancia de las soluciones políticas al conflicto. La reunión del Comité fue hito, una base para el progreso y, en sí misma, un claro éxito de la mediación”, declaró António Guterres.

Después expresó su esperanza de que sea el primer paso real hacia una solución política para «poner fin a este capítulo trágico en la vida del pueblo sirio» y crear una oportunidad para el regreso voluntario y seguro de todos los sirios a sus lugares de origen”.

También elogió otros resultados positivos de mediación y diálogo, particularmente en los países africanos, e instó a todos a «construir sobre este éxito».

Mayor incertidumbre mundial

Desde un punto de vista geopolítico más amplio, el titular de la ONU señaló que las divisiones en la comunidad internacional están contribuyendo a la incertidumbre y la inseguridad, lo que tiene un impacto precisamente en los mediadores que confían en “la voluntad política de los Gobiernos y los grupos armados que son partes en las hostilidades” y observó que, incluso en algunas sociedades pacíficas, “los líderes están alimentando las tensiones sin preocuparse por las consecuencias«.

Entonces, alertó de que “el resurgimiento del populismo y la marginación de las minorías pueden contribuir al aislamiento y la radicalización, haciendo que las personas sean vulnerables al reclutamiento de extremistas y terroristas”.

Otro motivo de preocupación son las redes sociales y las tecnologías digitales, ya que si bien pueden mejorar el alcance y la inclusión, también «crean serios desafíos para la mediación» y destacó que la incitación al odio en internet, las campañas de desinformación y la manipulación de contenido crean “narrativas venenosas”.

Como colofón añadió que, a medida que el espacio para la sociedad civil se ve presionado, existe el peligro de aumentar la inestabilidad, la violencia y el sufrimiento.

Luego, explicó que la mediación aborda tanto las causas profundas como las consecuencias del conflicto, que son «vitales para evitar que se repita la violencia», pero señaló que para que la mediación funcione se necesitaba más coordinación con organizaciones regionales, grupos de la sociedad civil y otros actores.

Tres vías de mediación conjuntas

«Resolver los conflictos complejos de hoy en día significa reunir las tres vías de mediación de manera coordinada: la primera, que comprende el liderazgo político y militar, y debe estar complementada por los contactos no oficiales e informales, que se producen en la segunda vía para probar ideas; mientras que la tercera, que es para ampliar el proceso, de incluir a sociedad civil y las iniciativas de base», explicó.

Y, sin embargo, lamentó que «a pesar del creciente número de grupos involucrados, una proporción relativamente pequeña de conflictos recibe mediación«, por lo que instó a todos a «encontrar los recursos para participar en todos los ámbitos».

Guterres recordó que la ONU fue creada hace casi 75 años «para salvar al mundo del flagelo de la guerra» e instó a todos a «hacer todo lo que esté a nuestro alcance para poner fin al ciclo sin sentido de destrucción y reconstrucción«.

El banco de tecnología

El Secretario General también visitó el jueves el Banco de Tecnología de las Naciones Unidas para los Países Menos Desarrollados con sede en Turquía, calificándolo de «una señal positiva de esperanza y una respuesta directa a la promesa de la Agenda 2030 de no dejar a nadie atrás».

Con el fin de cerrar la llamada brecha digital para los dos mil millones de personas que aún no están conectadas a Internet, el banco abrió sus operaciones en la ciudad de Gebze, el año pasado. Se financia completamente con recursos extrapresupuestarios y depende de contribuciones voluntarias.

Guterres afirmó que al establecer asociaciones tanto dentro como fuera del sistema de las Naciones Unidas, el Banco estaba mejorando la coordinación para la innovación científica y tecnológica en los países menos desarrollados y desempeñará un papel importante en la colaboración Sur-Sur, para todo el mundo en desarrollo.